“La profanación del sagrado Corán es parte del proyecto estadounidense y sionista para establecer su ocupación en nuestra región con el fin de dañar nuestras enseñanzas”, dijo el domingo el vicesecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Naim Qasem.
Al desarrollar su postura, aseguró que atacar al Corán les hace a los musulmanes aferrándose más a este libro que no tiene igual en la tierra, y ninguna de sus conductas desviadas no se distanciará al mundo musulmán del Corán.
En otra parte de sus declaraciones, Qasem afirmó que, tal como “derrotamos a Israel y liberamos nuestra tierra, y los sionistas no pudieron enfrentarnos militarmente, la arrogancia global tampoco podrá enfrentarnos intelectual, militar, cultural, social y moralmente”.
“Hoy tenemos el modelo de resistencia de Hezbolá, y este modelo nos da confianza y honor, y confiamos en nuestro Dios y en nuestra capacidad, y hacemos hincapié en la trinidad del Ejército, la nación y la Resistencia”, indicó al respecto.
Después de que Salwan Momika, un migrante iraquí de 37 años, prendiera fuego el pasado 28 de junio a un ejemplar del Corán frente a la mezquita más grande de Estocolmo, la capital de Suecia, bajo protección policial, las autoridades suecas permitieron por segunda vez a esta misma persona insultar el jueves este libro sagrado.
Un similar acto de blasfemia tuvo lugar el viernes en Dinamarca durante una concentración antislámica. Los atroces actos suscitaron una ola de condenas en la comunidad musulmana.
En una reciente reacción, el líder de Hezbolá Seyed Hasan Nasralá dijo el domingo que las posiciones que están adoptando los países árabes y musulmanes sobre este acto sacrílego “deben conducir a la ruptura de [sus] relaciones diplomáticas y económicas” con el Gobierno sueco.
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