• Aeronave no tripulada APUS 25, desarrollada por Israel Aerospace Industries (IAI)
Publicada: martes, 29 de abril de 2025 15:46

La empresa RCV Engines suministra motores para nuevos drones israelíes, según un informe que revela la complicidad del Reino Unido en el genocidio de Gaza.

De acuerdo con un informe publicado el lunes por Declassified UK , la empresa británica RCV Engines ha sido identificada como fabricante del sistema de propulsión del dron APUS 25, desarrollado por la compañía israelí Israel Aerospace Industries (IAI), conocida por la producción de aviones de combate y drones.

Según el informe, imágenes difundidas por la IAI muestran el motor del APUS 25 con el logotipo de RCV Engines, lo que indica que esta tecnología británica es empleada en vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) utilizados por el ejército israelí en las operaciones militares contra la población de la Franja de Gaza.

Bautizado comercialmente como “TactiQuad revolucionario”, el APUS 25 está diseñado para misiones de combate prolongadas, con capacidad para transportar armamento y realizar tareas de vigilancia, incluidas las llevadas a cabo en Gaza.

 

 

Según la compañía IAI, este dron “está llamado a redefinir las operaciones tácticas con drones para fuerzas terrestres y marítimas en todo el mundo”, gracias a su mayor autonomía de vuelo y capacidad para transportar diversos tipos de carga útil.

El APUS 25 destaca por su versatilidad en “operaciones ofensivas”, con habilidad para “desplegar sistemas de armamento de forma efectiva, añadiendo una nueva dimensión al apoyo aéreo táctico en escenarios de combate”.

Por su parte, Declassified UK denuncia que los vínculos entre la empresa británica RCV Engines —con sede en Dorset, en el suroeste del Reino Unido— y la industria armamentística israelí “habían permanecido ocultos al público hasta ahora”.

Fundada en 1997, RCV Engines se especializa en la producción de motores de combustión interna y se autodefine como “experta en tecnología de motores multicombustible”. Cabe destacar que el actual director ejecutivo de la empresa, Lawrence Gould, es hermano del exembajador del Reino Unido en Israel, Matthew Gould.

Este hallazgo vuelve a poner de relieve cómo componentes de drones fabricados en el Reino Unido son exportados a Israel y terminan siendo utilizados en operaciones militares en Gaza, donde han sido vinculados a presuntos crímenes de guerra.

“Los drones bajaban y eliminaban civiles, incluidos niños”, denunció ante parlamentarios británicos en noviembre el cirujano jubilado Nizam Mamode. “Operábamos a menores que contaban: ‘Estaba tirado en el suelo tras un bombardeo cuando ese dron cuadricóptero se acercó, se cernió sobre mí y me disparó’”, agregó con crudeza.

 

En contraste, Eli Neeman, jefe de sistemas multidominio de IAI, declaró en una conferencia en Tel Aviv que este dron será “especialmente valioso para fuerzas terrestres, al brindar apoyo inmediato sin necesidad de asistencia aérea, como demostró el ataque con drones contra Yahya Sinwar”, el exlíder del Movimiento Islámico de Resistencia Palestina (HAMAS), asesinado por el régimen israelí el octubre 2024.

Por otro lado, en 2022, RCV Engines admitió haber obtenido una exención de licencia de exportación para distribuir sus equipos a nivel global, lo que sugiere que sus envíos a Israel podrían eludir las restricciones de venta de armas del gobierno laborista.

La Campaña Contra el Comercio de Armas (CAAT, por sus siglas en inglés) condenó esta exención como un “peligroso vacío legal”, denunciando la influencia desmedida de la industria armamentística en los legisladores británicos. “El Partido Laborista debe revertir urgentemente esta decisión y cerrar este resquicio. Es hora de que deje de ser cómplice de genocidio y priorice las vidas palestinas sobre las ganancias de los fabricantes de armas”, declaró Emily Apple de CAAT a Declassified UK.

Desde el 7 de octubre de 2023, al menos 52 365 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han sido asesinados por las fuerzas israelíes en Gaza. A pesar de las crecientes protestas internacionales, el Gobierno británico sigue sin imponer sanciones reales a las empresas que facilitan esta maquinaria de guerra.

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