Es la tercera vez desde 2016 que el estado de Guatemala, pero sobre todo el Gobierno de Jimmy Morales incumple con la promesa de entregarle tierras al pueblo campesino de Cajolá, quienes de nuevo se han asentado en las afueras del Palacio Nacional para exigir lo que se les prometió, tierras que les fueron robadas hace más de 100 años.
Cientos de familias dejaron todo y llegaron a la ciudad desde principios de diciembre, junto a ellos sus pequeños hijos quienes viven al igual que sus padres, a la intemperie y bajo un serio riesgo de contraer enfermedades debido a las inclemencias del clima.
En agosto pasado se firmó un convenio en donde el gobierno se comprometió a comprar una finca poniendo como fecha límite el 27 de noviembre y hacer la entrega a las 267 familias a quienes se les arrebató la tierra, pero nada de eso se cumplió, ahora los campesinos ya no creen a pesar que aparentemente ya se llegó a un convenio.
De momento son organizaciones sociales quienes se han articulado para tratar de darle alimento y albergue a los manifestantes pero en especial a los más vulnerables, sin embargo las bajas temperaturas de la época y la falta de servicios básicos y de higiene empeoran la ya precaria situación.
El valor de la finca que exigen los campesinos ronda los 7.5 millones de dólares y servirá para darle refugio a un aproximado de 600 personas de la etnia Mám.
Miguel Salay, Guatemala.
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