Cientos de manifestantes se han reunido desde las primeras horas de este lunes cerca de la Zona Verde en Bagdad— que alberga las sedes del Gobierno y el Parlamento, así como embajadas occidentales como las de EE.UU. y el Reino Unido— para denunciar los resultados de las elecciones parlamentarias del 10 de octubre en Irak.
La marcha se ha realizado el mismo día en que está previsto para que el Tribunal Supremo Federal de Irak ratificara los resultados finales de las elecciones parlamentarias.
Según indican los medios locales, los manifestantes han bloqueado varias carreteras de la ciudad, al mismo tiempo que se han desplegado fuerzas de seguridad y policías iraquíes en las calles para mantener la tranquilidad.
Entretanto, las fuerzas iraquíes han intentado bloquear el paso de la multitud hacia la Zona Verde, por lo que, conforme a informes, se ha producido enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y la multitud que buscaban ingresar a la zona.
Se ha reportado también violencias por parte de los manifestantes y quema de neumáticos frente a una de las puertas de la Zona Verde, donde las autoridades iraquíes han impuesto medidas estrictas.
Es más, la mayoría de las calles de Bagdad son testigos de un atasco de tráfico, mientras las fuerzas iraquíes han cerrado todas las carreteras que conducen a la sede del Tribunal Supremo Federal, también ubicada en la Zona Verde.
El pasado 10 de octubre, 25 millones de iraquíes de las 18 provincias fueron convocados a las urnas para elegir a los 329 diputados.
De acuerdo con los datos oficiales anunciados por la Comisión Electoral de Irak, el Movimiento Sadr, liderado por Muqtada al-Sadr, obtuve 73 de los 329 escaños del Parlamento iraquí. La coalición que dirige el exlegislador Muhamed al-Halbusi ocupó el segundo lugar, con 34 asientos, y el partido del expremier Nuri al-Maliki, el Partido Islámico Dawa (Llamado), ocupó el tercer lugar con 34 curules.
No obstante, la capital iraquí y varias ciudades importantes han estado escenario de masivas protestas de varias facciones políticas y sus partidarios perdedores en que rechazan los resultados por considerarlos “fraudulentos”.
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