En 1979 surtieron efecto los intentos de los iraníes por lograr un cambio político. El pueblo harto desde hace años protestaba por la brutalidad, la corrupción, la autocracia de un gobierno que había hundido a Irán y sometido su soberanía a las manos estadounidenses e israelíes.
La Revolución Islámica abrió un nuevo horizonte para el desarrollo de las damas persas, pues pudieron encontrar una oportunidad para alcanzar sus derechos inalienables y conseguir dignidad y prestigio. En actualidad las mujeres iraníes tienen actividad en diferentes terrenos científicos y sociales.
Antes de la Revolución de 1979 en Irán, había un número limitado de universidades y centros de educación superior en las ciudades del país persa. Sin embargo en la actualidad más de cuatro millones de personas estudian en más de 2000 centros.
Durante los últimos años, Irán ha trabajado mucho para fortalecer su industria del turismo y se ha convertido en uno de los países con mayor número de visitantes, según el Índice de Competitividad Turística y Viajes. El país persa plantea atraer a unos 20 millones de turistas extranjeros hasta 2025.
Irán además se ha dedicado a internacionalizar el arte iraní. La artesanía de Irán figura entre las más populares en el mundo.
Concretamente ha desarrollado, en gran medida, la actividad cinematográfica producida en Irán. El país celebra cada año el Festival Internacional de Cine Fayr. El cineasta iraní Asqar Farhadi ha conseguido fama internacional por haber ganado en dos ocasiones el Premio Óscar por “El vendedor” (o El viajante) en 2017 y “Nader y Simin: una separación” en 2012.
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