Publicada: jueves, 17 de abril de 2025 16:55

La verdadera historia de la Segunda Guerra Mundial, iniciada nuevamente por Europa al igual que la Primera, ha sido ocultada en los aspectos más importantes de su desarrollo ya que los Medios Masivos de Desinformación (MMdeD) fueron creados también para ese fin disruptivo.

Por Carlos Santa María

El sionismo estadounidense apoyó a Hitler decididamente a través de capital, armas, logística, empresas (como Coca Cola), pues su principal objetivo era destruir a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la cual se convertía en una competencia indeseable debido a que su territorio era el más grande y rico de la tierra, lo que la convertía en el primer polo de desarrollo económico, afectando a las élites que habían manejado el mundo, basados en la crueldad, colonialismo, explotación y exterminio de pueblos enteros.

Por tanto, la primera verdad es que el sionismo apoyó directamente al nazismo, pues la eliminación de seres humanos judíos, gitanos, eslavos, o de otras nacionalidades, no afectaba sus intereses. Lo confirma que los principales asesinos de las fuerzas armadas alemanas, especialmente la SS o policía secreta, junto a generales implicados en ejecuciones de poblaciones enteras, unidos a sus científicos, fueron trasladados a Estados Unidos y Canadá con el fin de utilizarlos en el campo de la ciencia militar, espacial, coercitiva (en la cual tenían altísima experiencia), ligado a la política, lo que llevó a que la Organización del Atlántico Norte (OTAN), fuera dirigido por un nazi consumado como aparato bélico de ataque al mundo alternativo que simbolizaba la URSS.

Adolf Heusinger fue descubierto que era un veterano de la Primera Guerra Mundial, luego general y jefe de operaciones del ejército nazi donde jugó un papel determinante en la planificación de la ocupación de Austria, la invasión de Polonia, Dinamarca, Noruega, Francia y los Países Bajos, siendo posteriormente vinculado a la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), y nombrado como presidente del comité militar de la OTAN.

Europa, entonces, ha sido escenario de las más cruentas guerras provocadas por ellos mismos, y hoy el nazismo pervive en toda su extensión. Dos hechos de alta gravedad lo confirman: uno, su complicidad y apoyo directo al genocidio de Gaza (independiente de declaraciones fariseas), y dos, su oposición directa a celebrar la derrota completa de las huestes nazis por parte de la URSS.

En el primer caso, el inicio de la represión a la protesta popular en el continente desarrollada por activistas palestinos en las universidades, marchas inmensas en las calles, organizaciones con posiciones claras, se manifestó en infundir temores de detención indiscriminada, golpizas, expulsiones académicas a profesores y discentes, entre otras manifestaciones más graves aún, que se ven hoy día confirmadas por la detención en Francia de la ciudadana iraní Mahdieh Esfandiari por expresar públicamente su apoyo a Palestina y condenar el genocidio perpetrado por el régimen israelí en la Franja de Gaza.

Hay que develar que Esfandiari desapareció “misteriosamente” a comienzos de marzo de 2025, sin que se conociese su paradero. El gobierno francés ante las denuncias permaneció impasible pese a los requerimientos del gobierno de la República Islámica de Irán. Sin embargo, la presión de la nación persa obligó al gobierno de Emmanuel Macron a definir su situación, reconociendo la captura por su parte.  Finalmente, a través de gestiones diplomáticas, Teherán pudo conocer que la ciudadana iraní había sido detenida por la policía francesa, pese a que hasta este momento no se han elevado cargos por su posición digna ante Palestina, aunque se habla de acusaciones relacionadas con la seguridad nacional, los que no tienen asidero.

Europa ha destinado ayuda militar, logística, mediática, financiera, al estado de Israel, manteniendo vigente plenamente su contacto con Benjamín Netanyahu y no aplicando la detención internacional emanada de la Corte Penal Internacional (CPI), pudiendo realizarlo y evitándolo como una clara muestra de apoyo al verdadero holocausto de Palestina, basado en las tácticas aprendidas desde el nazismo como los campos de concentración, el asesinato especialmente de mujeres y niños para evitar la reproducción, el bombardeo indiscriminado y toda una política de ocupación cruel y miserable, tal como Adolf Hitler y sus dirigentes lo aprobaron.

Dos, la reciente prohibición a todos los países europeos de no asistir a la celebración del 80 aniversario de la derrota del ejército alemán y su claudicación en Berlín ante el mando soviético, a realizarse en Moscú (capital de Rusia), muestra su negativa a condenar el nazismo, acrecentado por la celebración en Ucrania de Stepán Bandera, el líder ucraniano que participó en numerosas masacres de su propio pueblo, polacos, rusos. judíos y como colaboracionista del sistema germano de exterminio. Hoy Ucrania se ha convertido en el símbolo del nazismo en Europa y la dirigencia invita a realizar una misión pública para felicitar y acompañar esta nueva cruzada de al que se ha llamado con razón la sociedad Euronazi.

Desconocer el endiosamiento a Bandera, la fortaleza del regimiento nazi Azov, el uso de canciones en los colegios y escuelas exigiendo además el brazo levantado con el Heil Hitler, insignias (incluso de grupos terroristas como ISIS, Daesh), la movilización forzada de la juventud impidiendo una generación que provea el desarrollo del país, la venta de la nación al extranjero, son simplemente la nueva versión de la implacable dictadura escondida a través de la palabra libertad.

Lo fundamental es que las naciones soberanas del orbe no están coludidas para defender nuevamente la instauración del nazi sionismo en el mundo y harán su labor decidida para que la verdadera dignidad haga grande a la Humanidad.