Publicada: sábado, 7 de junio de 2025 18:28

Ramadán Shalah, uno de los líderes fundadores del movimiento Yihad Islámica Palestina y su ex secretario general, falleció este día, hace cinco años.

Por: Ivan Kesic

Shalah, un líder pionero de la resistencia, fue líder de Yihad Islámica Palestina entre 1995 y 2018, período durante el cual el movimiento de resistencia palestino contra la ocupación israelí logró muchos éxitos.

Nacido el 1 de enero de 1958 en el barrio Shuyaia de la ciudad de Gaza, Ramadan Abdolá Mohamed Shalah provenía de una familia de refugiados palestinos con 11 hijos.

Después de completar su educación secundaria, viajó a Egipto para estudiar economía, obteniendo una licenciatura en la Universidad de Zagazig en 1981.

Durante sus estudios, conoció al mártir Fathi Shaqaqi y le propuso la idea de formar una organización de resistencia palestina. Shaqaqi reveló que ya había fundado el movimiento Yihad Islámica en Palestina, y Shalah pronto se unió a él.

A partir de ese momento, Shalah jugó un papel importante y destacado en la configuración de las declaraciones y la ideología de la Primera Intifada.

 

Tras sus estudios, regresó a Gaza y se convirtió en profesor universitario en Shuyaia. Sin embargo, al intensificarse las actividades políticas, sufrió presiones y finalmente fue expulsado de la universidad.

Al reflexionar sobre su exilio, Shalah comentó: “Mi familia —mis hermanos y hermanas— vive en Gaza, pero no me permiten visitarlos. Sin embargo, a cualquier judío estadounidense o siberiano se le permite ocupar nuestra tierra”.

En 1986, Shalah fue a Londres para realizar estudios de posgrado y cuatro años después obtuvo un doctorado en economía en la Universidad de Durham, Reino Unido.

Posteriormente, se mudó a Kuwait, donde contrajo matrimonio, antes de regresar a Inglaterra y posteriormente a Estados Unidos. Entre 1993 y 1995, fue profesor de Estudios de Asia Occidental e impartió clases de economía en la Universidad del Sur de Florida.

Durante su estancia en Florida, estableció un instituto de investigación islámica y participó en diversas actividades hasta 1995, cuando viajó a Damasco para reunirse con Fathi Shaqaqi, fundador y secretario general del movimiento Yihad Islámica.

Durante seis meses, organizaron acciones conjuntas para impulsar la resistencia en Palestina. Sin embargo, tras el asesinato de Shaqaqi a manos del Mossad, la agencia de espionaje israelí, en Malta, Shalah fue elegida nueva Secretaria General en una reunión posterior.

Shalah asumió el liderazgo del movimiento Yihad Islámica en un momento crucial a mediados de la década de 1990, un período en el que las actividades políticas se habían estancado en gran medida tras la firma de los controvertidos Acuerdos de Oslo.

Con el estallido de la Segunda Intifada, el movimiento Yihad Islámica, bajo el liderazgo de Shalah, desempeñó un papel fundamental.

El campo de refugiados de Yenín, en la Cisjordania ocupada, se convirtió en un símbolo de la fuerza del movimiento, famoso por haber producido numerosos héroes y mártires.

Entre 2005 y 2007, el movimiento Yihad Islámica fue prácticamente el único grupo palestino que se resistió activamente al régimen sionista.

Su poder se demostró aún más durante la guerra de 2014, cuando lanzó misiles de largo alcance contra Tel Aviv y Netanya, ciudades ubicadas a 70 y 120 kilómetros de la Franja de Gaza.

El liderazgo abierto de Shalah permitió al movimiento Yihad Islámica mantener fuertes relaciones con la mayoría de las facciones palestinas, así como con países islámicos y árabes, durante las últimas tres décadas.

Al priorizar la causa y la unidad palestina, Shalah dejó de lado las diferencias con el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) y otros grupos de resistencia en Gaza, fomentando la cooperación a pesar de las divisiones políticas.

Shalah también dedicó gran atención a la difícil situación de los presos palestinos, abordando el problema sin sesgos políticos ni faccionales. Bajo su liderazgo, se estableció una organización relativamente sólida para apoyar a los palestinos recluidos en cárceles israelíes.

Durante la Segunda Intifada, las autoridades de ocupación israelíes lo identificaron como uno de los principales organizadores de las operaciones de resistencia palestina y lo persiguieron agresivamente por su papel militar y político.

En 2003, el gobierno estadounidense lo designó como “terrorista” y, en 2007, ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por su asesinato o captura. En 2017, el FBI añadió a Shalah a su lista de los más buscados junto con otras 26 personas.

Además, debido al intenso lobby estadounidense, la Unión Europea, el Reino Unido, Japón, Canadá, Australia y Nueva Zelanda también lo incluyeron en sus listas de sanciones.

A pesar de ello, incluso sus adversarios lo respetaban por sus principios inquebrantables y su negativa a perseguir intereses mezquinos. Su objetivo final era la liberación de Palestina.

Fue admirado por sus amplios conocimientos, su pensamiento profundo y su capacidad de análisis estratégico. Con fluidez en árabe, hebreo e inglés, Shalah fue un líder profundamente intelectual.

En 2018, Shalah entró en coma debido a una enfermedad y falleció en junio de 2020 en un hospital de Beirut, Líbano. Funcionarios del movimiento Yihad Islámica declararon que su muerte se debió a causas naturales y descartaron cualquier sospecha de injerencia extranjera.

En una entrevista de 2020 con medios iraníes, Naser Abu-Sharif, representante del movimiento en Irán, describió a Shalah como un amigo cercano del difunto comandante antiterrorista iraní, el teniente general Qasem Soleimani.

Abu-Sharif señaló que su amistad era de larga data y se profundizó significativamente después de 2006 y 2008, evolucionando hasta convertirse en un vínculo fraternal.

Shalah era muy respetado por el general Soleimani y otros líderes iraníes por su comprensión precisa de la situación regional, su visión estratégica y sus análisis detallados, que valoraban enormemente.

También se reunió varias veces con el líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, donde ambos enfatizaron el papel crucial de la resistencia en la liberación de Palestina.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.