“Susiya es emblemática de un patrón de injusticia que se repite en muchas partes de Cisjordania. Demasiadas comunidades están bajo amenazas múltiples e intimidación (de procesos legales, excavadoras o violencia de los colonos) para desplazarlos por completo o renunciar a sus tierras agrícolas y de pasto adyacentes de las que dependen sus vidas”, ha aseverado el coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Robert Piper.
Susiya es emblemática de un patrón de injusticia que se repite en muchas partes de Cisjordania. Demasiadas comunidades están bajo amenazas múltiples e intimidación (de procesos legales, excavadoras o violencia de los colonos) para desplazarlos por completo o renunciar a sus tierras agrícolas y de pasto adyacentes de las que dependen sus vidas”, asevera Piper.
Durante una visita a Susiya, el coordinador ha indicado que la comunidad internacional reacciona ante tales medidas del régimen de Tel Aviv y no permanece como testigo de estos actos en silencio.
Piper ha subrayado que ningún Gobierno tiene el derecho de destruir una propiedad privada en un territorio ocupado, porque la legislación humanitaria internacional lo prohíbe.
Al urgir al régimen sionista a frenar todas las demoliciones, el coordinador humanitario de la ONU ha destacado que el régimen israelí debe permitir a los palestinos cubrir sus necesidades en el caso de que los israelíes suspendan todas las demoliciones.
La ONU ha asumido su posición, después de que el régimen de Israel anunciara a los palestinos residentes en Susiya que tenían el objetivo de destruir al menos 37 estructuras durante las próximas dos semanas.
Según las estadísticas, se espera que al menos 91 palestinos, 45 de ellos niños, se vean afectados por dichas demoliciones.
El poblado de Susiya con más de 300 personas bajo la administración militar israelí, carece de agua potable y electricidad.
También, Washington hizo el pasado 16 de julio un llamamiento al régimen de Israel a no demoler Susiya.
Después de unos días, la Unión Europea (UE) criticó el plan israelí para el “traslado forzoso” de los palestinos que viven en Susiya y arrasar este pueblo.
El mes pasado, la Corte Suprema del régimen israelí dictaminó que las autoridades tenían derecho a aplanar viviendas palestinas en Susiya y trasladar a los residentes a la cercana ciudad de Yatta en Al-Jalil, con el pretexto de que las casas habían sido construidas sin permiso.
En las últimas décadas, el régimen de Tel Aviv ha intentado reforzar su dominio en los territorios palestinos ocupados a través de distintos métodos como la demolición sistemática de casas, la construcción de asentamientos ilegales y la acogida de inmigrantes judíos.
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