“El palestino medio de Gaza vive con dos rebanadas de pan árabe al día, elaborado con harina conservada en la región por las Naciones Unidas, mientras que la catastrófica falta de agua sigue siendo un grave problema”, dijo el viernes Thomas White, director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), según la agencia de noticias AP.
La coordinadora adjunta de la ONU para Oriente Medio, Lynn Hastings, a su vez, denunció que solo funciona una de las tres líneas de agua procedentes de Israel y señaló que los palestinos dependen de aguas subterráneas salobres o salinas, si la encuentran.
Hastings también afirmó que, por la escasez de combustible, los generadores de reserva necesarios para abastecer hospitales, plantas desalinizadoras, instalaciones de producción de alimentos y otros servicios esenciales podrían dejar de funcionar.
White enfatizó que toda la zona del enclave es un “escenario de muerte y destrucción”, ni se encuentra un solo lugar seguro.
Al respecto, el embajador palestino en la ONU, Riad Mansour, aseveró que la mitad de las estructuras de la Franja de Gaza ha quedado destruida por los sionistas y la situación es “insondable e indescriptible”.
Unas 600 000 personas están refugiadas y unas 4000 desplazadas en Gaza, las cuales se han refugiado en escuelas, donde hay mujeres y niños durmiendo en las aulas, y los hombres durmiendo a la intemperie, de acuerdo con White.
A la vez, el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, informó que 72 miembros del personal de la UNRWA han perdido la vida desde el 7 de octubre, que se considera la cifra más alta de personal de esta institución muerto en una guerra.
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