Ella fue recibida la madrugada de este lunes por los palestinos tras su liberación de la prisión de Ofer, sita en las cercanías de Ramalá, en la ocupada Cisjordania.
Las imágenes divulgadas de su apariencia en el momento de la liberación revelan el grave sufrimiento físico y emocional que ha experimentado en las cárceles israelíes.
Jarrar desempeñaba como la presidenta de la Comisión de Presos del Parlamento palestino y también vicepresidenta de la oenegé palestina Asociación de Apoyo a los Presos y los Derechos Humanos (Addameer, por su acrónimo en árabe).
La histórica dirigente palestina ha sido encarcelada en múltiples ocasiones por el régimen de ocupación, entre ellas en 2015, cuando su detención administrativa sin cargos ni juicio desencadenó movilizaciones mundiales antes de ser trasladada a los tribunales militares de la ocupación.
La parlamentaria palestina fue recluida también en julio de 2017, cuando el régimen renovó repetidamente su detención.
En 2019, el régimen de ocupación volvió a secuestrarla. Durante su encarcelamiento, perdió trágicamente a su hija Suha, pero se le negó el derecho a ver el cuerpo de Suha y a asistir a su funeral antes de ser liberada de nuevo en 2021.
El servicio de seguridad general de Israel (Shabak, por su acrónimo en hebreo) divulgó en 2019 los archivos de varios prisioneros que fueron sometidos a una brutal investigación y tortura en los centros de investigación israelíes, y el nombre de la parlamentaria estaba en la lista.
Addameer afirmó entonces que dicha inclusión fue con fines políticos, ya que la información incluida sobre Jalida contradecía la acusación emitida a su contra en el tribunal militar del régimen, es decir participar en manifestaciones antisraelíes y ser un miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), entro otros cargos.
Jarrar fue detenida una vez más en su domicilio el 26 de diciembre de 2023, en el marco de las detenciones masivas llevadas a cabo en Cisjordania de la Palestina durante la guerra lanzada contra la Franja de Gaza. Casi de inmediato fue sometida a detención administrativa, que se renovó el 24 de junio de 2024.
Desde entonces, permaneció detenida en la prisión de Damon junto a otras reclusas, sin que se le formularan cargos ni se le brindara la oportunidad de defenderse, hasta ser trasladada, en agosto de 2024, al régimen de aislamiento en la prisión de Neve Terzia.
El Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos (Euro-Med Monitor), en una carta remitida el mismo agosto al Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y a la Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, Reem Al-Salem, alertó sobre las condiciones de la detención arbitraria de Jarrar y su cruel aislamiento en la prisión de Neve Terzia destinada a delincuentes.
Según Qassan Jarrar, su esposa se encontraba detenida en una celda de 2,5 por 1,5 metros, con solo un banco de cemento para dormir y un baño abierto sin cortina. Dijo que las autoridades penitenciarias israelíes habían cortado el suministro de agua al baño y retrasaban la entrega de alimentos a su esposa, a pesar de que ella necesitaba comer con regularidad debido a tener la presión arterial, la diabetes y el colesterol.
🎥La destacada dirigente palestina 🇵🇸Khalida Jarrar fue recibida por los palestinos tras su liberación de una prisión israelí tras el acuerdo de intercambio de prisioneros.
— HispanTV (@Nexo_Latino) January 20, 2025
Su apariencia modificada pone de relieve el grave sufrimiento físico y emocional en las cárceles israelíes. pic.twitter.com/ShLhgxcCaA
Jarrar destacó que los problemas más graves a los que se enfrentaba su esposa durante su aislamiento fueron la falta de oxígeno en la celda, el corte del agua del baño, las temperaturas son anormalmente altas y el retraso intencionado de la comida, afirmando que se trata de los asuntos que son “condiciones de asesinato, no de aislamiento”.
“Muero todos los días. La celda parece una pequeña caja hermética. La celda está equipada con un inodoro y una pequeña ventana encima, que cerraron un día después de que me trasladaran allí. No me dejaron ningún espacio para respirar. Incluso el llamado ojo de buey de la puerta de la celda estaba cerrado. Paso la mayor parte del tiempo sentado junto a una pequeña abertura que me permite respirar. Espero a que pasen las horas mientras me ahogo en mi celda con la esperanza de encontrar moléculas de oxígeno para respirar y sobrevivir”, se lee en una carta que la funcionaria palestina escribió durante su aislamiento a su abogado.
Añadió: “Las altas temperaturas hacen que mi aislamiento sea aún más trágico. En pocas palabras, estoy dentro de un horno muy caliente. El calor me ha hecho imposible dormir. No solo me pusieron en esta situación sola, sino que además cortaron deliberadamente el agua de la celda. [Inicialmente] tardaron al menos cuatro horas en traerme una botella de agua. Después de ocho días de encierro, me permitieron salir de la celda una vez, para ir al patio de la prisión. Además, pospusieron deliberadamente la horrible cena durante horas”.
Jalida Yarrar es uno de los 90 prisioneros palestinos que han sido liberados la madrugada de este lunes en un intercambio de prisioneros tras un acuerdo de alto el fuego que HAMAS e Israel alcanzaron el miércoles, con el régimen sionista fue obligado a aceptar las condiciones de los palestinos después de casi 15 meses de guerra.
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