La primera sesión de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles) —Parlamento—, después de los atentados terroristas del 7 de junio en Teherán (capital), se llevó a cabo a puertas cerradas.
La reunión contó con la presencia de los ministros de Inteligencia y del Interior, Seyed Mahmud Alavi y Abdolreza Rahmani Fazli, respectivamente, así como el subcomandante del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI), el general de brigada Husein Salami.
Una vez empezada la sesión plenaria, el presidente del Parlamento, Ali Lariyani, reiteró la firme voluntad de Irán en la lucha contra el terrorismo.
Mientras, el presidente del Parlamento de Irán dijo que el principal objetivo de los terroristas era la sala de sesiones del Parlamento, calificó de vergonzosa la postura de Arabia Saudí ante este suceso, puesto que Riad trata de aislar a Irán mediante diversas vías.
Lariyani recordó que frente a la nación iraní se ha creado una fila de terroristas y de países que los patrocinan, encabezados por Estados Unidos y Arabia Saudí. En este sentido, la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento preparará, lo más pronto posible, un plan para hacer frente a tales medidas terroristas.
Un doble atentado terrorista contra un edificio del Parlamento y el mausoleo del fundador de la República Islámica, el Imam Jomeini (que descanse en paz), cobró la vida de 18 personas y dejó decenas de heridos. El grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) lo reivindicó. Al respecto, las autoridades persas anunciaron la detención de más de 50 personas, acusadas de haber prestado apoyo a los terroristas.
Lo ocurrido en 7 de junio trazó una nueva fase de amenazas contra el país persa, en comparación con el pasado, lo que pone de manifiesto la necesidad de cambios en las medidas de protección y seguridad de Irán, en una región donde los grupos terroristas han desestabilizado a los vecinos del país persa.
Samaneh Kachui, Teherán.
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