El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, mantuvo el jueves una conversación telefónica con el canciller del gobierno Talibán, Amir Jan Muttaqi, en la que hablaron sobre el agua que fluye a través del río Helmand y la reivindicación de los derechos del país persa al acceso de la fuente.
En este sentido y tras el contacto, Amir Abdolahian informó que una delegación de alto rango del Ministerio de Energía de Irán viajará a Afganistán para trabajar en la eliminación de cualquier obstáculo.
“El reconocimiento de los derechos de Irán a estas aguas es un indicador importante para medir los compromisos del grupo gobernante en Afganistán en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales con respecto a Irán”, declaró el titular persa.
Aludiendo a la dependencia de la provincia suroriental iraní de Sistán y Baluchistán del agua de Helmand, el jefe de la Diplomacia iraní subrayó que, si el problema no se resuelve “rápida y seriamente”, tendrá un efecto adverso en las otras áreas de cooperación entre ambos países.
A su vez, el ministro de asuntos exteriores en funciones de Afganistán calificó las relaciones bilaterales como “fraternas y encaminadas a ayudar a la nación afgana”.
Tras informar de la formación de un equipo técnico y operativo conjunto que pueda redireccionar el agua hacia el territorio iraní, Muttaqi agregó que “estamos comprometidos” a permitir que Irán ejerza su derecho al agua.
Teherán tiene derecho a 26 metros cúbicos por segundo (850 millones de cm3 por año) de agua del río Helmand, de acuerdo a un tratado firmado entre los gobiernos de los dos países vecinos en 1973. Sin embargo, la proporción ha disminuido en los últimos años debido al excesivo uso de agua para irrigación y construcción de represas en Afganistán.
El grupo gobernante Talibán en Afganistán anunció en enero que había liberado agua de la presa Kamal Jan en Helmand por primera vez en décadas. No obstante, las autoridades iraníes subrayaron posteriormente que todavía la cantidad de agua que había llegado a las ciénagas y humedales de la región de Sistán no era suficiente, según se había pactado anteriormente.
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