En una conferencia de prensa en Moscú, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, advirtió el jueves sobre el destino de los 5 millones de euros enviados esta semana por el Gobierno alemán a los cascos blancos, un cuestionado grupo vinculado a actividades pro terroristas bajo la fachada de organización humanitaria, en el noreste de Siria.
“No está claro para el público alemán qué parte de los fondos se utilizó para apoyar la cooperación entre grupos humanitarios y terroristas en el noreste de Siria”, planteó la vocera rusa.
Acaso, agregó Zajárova, “¿los fondos cubrieron el traslado oficial de uno de los líderes de los cascos blancos, Jalid al-Sarih, de Jordania a Alemania?”.
Asimismo, criticó la forma cómo presenta el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán al controvertido grupo, como si fuera “símbolo de esperanza para los sirios”, adujo.
Según la diplomática rusa, cada vez es más difícil distinguir entre las cláusulas legales relativas a la protección de los deberes humanitarios y “las numerosas protecciones de los terroristas que han sido duramente elogiados por Berlín”.
“Al parecer, el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán ha despejado completamente todas las dudas y actúa más como el principal partidario de los cascos blancos”, arremetió Zajárova.
Rusia, con presencia legal en Siria para apoyar las acciones de Damasco contra el terrorismo, ha alertado, repetidas veces, de las graves violaciones de los derechos humanos de los civiles sirios por parte de los cascos blancos, que gozan del pleno apoyo de Washington y sus aliados.
Tanto Damasco como Moscú han presentado varias pruebas sobre la cooperación entre los terroristas y los “cascos blancos” para organizar ataques químicos, con gas cloro, por ejemplo, con el fin de incriminar al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, y justificar así la intervención extranjera en el país levantino.
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