Los exploradores del Distrito Militar del Este de Rusia probaron el miércoles fusiles de asalto Ak-12 — la nueva versión del icónico Kaláshnikov— en condiciones climáticas extremas, informó el Ministerio ruso de Defensa, mediante un comunicado.
Las pruebas se llevaron a cabo, conforme al texto, en un sitio cercano a la región de Jabárovsk y a una temperatura de -30 grados.
Según vídeos e imágenes emitidos, los militares rusos acertaron en los objetivos cumpliendo con los estándares para superar una serie de obstáculos.
“El uso de nuevas armas pequeñas tuvo lugar en el campo de entrenamiento de armas combinadas de Knyazev-Volkonsky en el marco del entrenamiento de combate”, agrega el comunicado.
Durante los últimos años, Rusia ha llevado a cabo muchos procesos de modernización de sus armas para hacer frente a los desafíos. Los avances rusos en defensa son, según funcionarios del Ejército ruso, una respuesta a la expansión y el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el despliegue de armas estadounidenses en los países bálticos, cerca de las fronteras de la Federación Rusa.
Asimismo, tras la retirada en febrero de 2019 de EE.UU. del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio Washington-Moscú (INF, por sus siglas en inglés), Moscú amenazó a Washington con desarrollar nuevos sistemas para afrontar eventuales ataques.
La producción de rifles de asalto AK-12 comenzó en 2018. Al mismo tiempo, fue adoptado por los paracaidistas, marines y fuerzas terrestres de las Fuerzas Armadas de Rusia.
El AK-12 es muy ergonómico. La máquina está diseñada simétricamente con un conveniente fusible y retardo deslizante. Esto ha hecho posible operar la máquina con una sola mano, tanto a la derecha como a la izquierda.
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