• Edificio de la embajada de Rusia en Washington D.C., EE.UU.
Publicada: sábado, 10 de diciembre de 2022 11:40

Rusia denuncia el uso instrumental de los derechos humanos por EE.UU. para obligar a Estados soberanos a adoptar una política exterior favorable a Washington.

La embajada rusa en Washington condenó, en un comunicado, las sanciones impuestas el viernes por Estados Unidos a unos 40 individuos y organizaciones de nueve países, incluido Rusia, por “corrupción y abusos a los derechos humanos”.

La lista incluye a varios responsables rusos a los que Washington acusa de violar supuestamente los derechos de los ciudadanos en zonas, cuyo control cayó en manos de la Federación Rusia durante la operación militar rusa en Ucrania en curso desde febrero.

El comunicado denuncia que EE.UU. instrumentaliza los derechos humanos para obligar a otros países a “ajustar su línea de política exterior” hacia los patrones que se defienden desde la Casa Blanca y el resto de las potencias occidentales.

Tacha los nuevos embargos de una “campaña publicitaria” ejercida por EE.UU. para desprestigiar a los –“‘indeseables’ etiquetándolos de ‘violadores de Derechos Humanos’”.

Sin embargo, la nota explica que EE.UU. “castiga” a Rusia no por los derechos humanos, sino por mantener una posición independiente y de principios en asuntos internacionales.

La misión diplomática rusa en Washington volvió a censurar “la odiosa Ley Global Magnitsky [de Responsabilidad de Derechos Humanos] es solo otra carta marcada en la baraja de la Casa Blanca, utilizada para interferir abiertamente en los asuntos internos de los Estados soberanos”.

La nueva tanda de sanciones anunciada por Estados Unidos contra Rusia se enmarca dentro de la llamada Ley Global Magnitsky de Responsabilidad de Derechos Humanos que permite a Estados Unidos sancionar, de manera unilateral, a ciudadanos extranjeros sospechosos de “violaciones de derechos humanos o corrupción”.

La referida legislación fue aprobada en 2012 para sancionar únicamente a las autoridades rusas, acusadas, según Washington, de “violaciones de derechos humanos”. Luego en 2016, el Congreso estadounidense aprobó extender las sanciones a cualquier individuo, al margen de su nacionalidad, bajo esa ley.

Los derechos humanos no son el único pretexto al que recurre el Occidente, encabezado por EE.UU., para sancionar a Rusia. Washington y sus aliados vienen imponiendo embargos a funcionarios, empresas y sectores económicos rusos, medidas consideradas por Moscú como “una declaración de guerra” y que serán respondidas recíprocamente, una guerra que según expertos, tendrá un efecto dominó en la economía mundial.

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