“La agresión es parte de los esfuerzos de Israel por prolongar la crisis en Siria y la actividad de los terroristas y, también, elevar la moral de sus agentes en los pocos reductos que les quedan”, denuncia este sábado la Cancillería siria en dos cartas de texto similar dirigidas a la Secretaría General de las Naciones Unidas y a la Presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Ayer viernes, las defensas antiaéreas del Ejército sirio aseguraron haber repelido un ataque aéreo con misiles de Israel en las inmediaciones de Damasco, capital, y derribado “varios objetivos enemigos”.
El Gobierno subraya en su misiva que el “enfoque agresivo” israelí no hubiera sido posible sin la “cobertura política, militar y propagandística” de Estados Unidos y la impunidad que le otorga Washington en el CSNU, recoge la agencia oficial siria de noticias SANA.
La agresión es parte de los esfuerzos de Israel por prolongar la crisis en Siria y la actividad de los terroristas”, ha repudiado la Cancillería siria en cartas dirigidas a las Naciones Unidas, denunciado, a su vez, que el “enfoque agresivo” israelí no hubiera sido posible sin la “cobertura política, militar y propagandística” de Estados Unidos y la impunidad que le otorga Washington en el CSNU.
Según el Ministerio sirio, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, también trata con estos ataques de solapar los problemas internos, como la corrupción y la crisis política dentro del régimen de Tel Aviv.
En todo caso, Damasco exige al CSNU que asuma sus responsabilidades en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y adopte de inmediato medidas para evitar la repetición de tales incursiones y obligar a Israel a respetar sus decisiones sobre los ocupados altos del Golán.
Desde el inicio del conflicto sirio en 2011, han menudeado los ataques israelíes contra blancos en Siria: el último bombardeo lo efectuaron el pasado 25 de diciembre
Estas medidas ilegales del régimen israelí han provocado la condena de países como Rusia. Denuncia que los ataques representan “una grave violación de la soberanía de Siria y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”.
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