La corrupción socava las instituciones de justicia, debilita el estado de derecho, distorsiona los procesos políticos y permite a los políticos actuar con impunidad. Si bien una serie de enjuiciamientos de corrupción han expuesto recientemente a las élites corruptas y sus redes.
Algunos países de la región, como Brasil y Guatemala, han tenido escándalos de corrupción en el nivel más alto: sus presidentes. Tanto el mandatario brasileño, Michel Temer, como su par guatemalteco, Jimmy Morales, están acusados de corrupción.
El instituto Global Corruption Barometer 2017 realizó una encuesta de más de 22.000 ciudadanos en 20 países de América Latina y el Caribe sobre la corrupción en esta región y la experiencia personal que han tenido en este caso. La presente infografía les ofrece algunos datos de este sondeo.
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