“La República Bolivariana de Venezuela condena enérgicamente el secuestro del buque Madleen, interceptado en aguas internacionales por las fuerzas de ocupación israelíes mientras transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza”, ha señalado el Gobierno venezolano en un comunicado publicado este lunes.
Caracas tras describir el asalto israelí al buque perteneciente a la coalición internacional de la Flotilla de la Libertad que se dirigía a la Franja de Gaza cargado de ayuda humanitaria como “un acto de piratería”, ha puesto de manifiesto que se trata de una “agresión contra la solidaridad internacional, que buscaba hacer llegar alimentos, medicinas y esperanza al pueblo palestino”.
“Este nuevo atropello ocurre en el marco del genocidio en curso que el gobierno de Benjamín Netanyahu ejecuta con total impunidad contra la población civil palestina”, se lee en el comunicado.
El gobierno venezolano, asimismo, ha impugnado que el régimen de Israel ejecuta una masacre planificada y sostenida bajo el amparo del “silencio cómplice” de las potencias de Occidente.
La declaración pone de relieve que “impedir el ingreso de ayuda humanitaria no es solo una violación al derecho internacional: es parte del andamiaje de exterminio sistemático que Israel impone sobre un pueblo que resiste”.
“Venezuela exige la liberación inmediata de los activistas secuestrados, el fin del bloqueo a Gaza, y el cese de la agresión criminal israelí contra Palestina”, ha concluido la declaración venezolana.
En la madrugada del 9 de junio de 2025, las fuerzas israelíes interceptaron en aguas internacionales el buque Madleen, de la Flotilla de la Libertad, en misión humanitaria hacia Gaza, en donde iban a bordo 12 activistas. La Flotilla denunció el hecho como un “secuestro”. Las comunicaciones fueron bloqueadas y luego se produjo el abordaje.
La ONU, Amnistía Internacional y gobiernos de España, Suecia, Francia, Turquía e Irán, entre otros, condenaronn la acción, calificándola de violación del derecho internacional y piratería.
Este acto no solo impide la entrada de ayuda, sino que también es un ataque a la esperanza, al apoyo del mundo exterior, a los gazatíes, denuncian los observadores.
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