“Los ojos están puestos en Gaza y el dedo en el gatillo”, destacó el domingo el miembro del comité mediático del movimiento popular yemení Ansarolá, Nasr al-Din Amer, en reacción a las amenazas de las autoridades israelíes de reanudar la guerra contra los palestinos.
Al afirmar la disposición de las fuerzas yemeníes, subrayó que los misiles, drones y todas las unidades militares yemeníes están en alerta máxima para enfrentarse con los enemigos.
El funcionario yemení advirtió que la reanudación de la guerra por la parte de Israel significa “el retorno pleno de las operaciones de las fuerzas yemeníes” contra los blancos israelíes en todas las ciudades israelíes de los territorios ocupados.
Tras detallar que, en este momento, no se puede hablar mucho sobre las próximas tensiones, aseveró que al menos las fuerzas yemeníes apuntarán objetivos determinados en la ocupada Yafa, Tel Aviv.
Amer dejó claro que los apoyos de las fuerzas yemeníes a los palestinos están vinculados a cualquier agresión israelí contra Gaza, independientemente del monto del apoyo estadounidense a los ocupantes.
El alto funcionario yemení formuló estas declaraciones después de que Israel anunciara el domingo la detención de la entrada de ayuda humanitaria al enclave palestino, en medio de los continuos intentos de evadir sus obligaciones estipuladas en el acuerdo y la expiración de la primera fase de tregua.
En la misma jornada, Yemen avisó al régimen ocupante israelí que lanzará ataques de represalia, si se reanuda de la guerra en asediada Franja de Gaza.
A su vez, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), mediante un comunicado dirigido a los mediadores y a la comunidad internacional calificó de un “chantaje barato” el cierre de los cruces de la franja costera y la orden del régimen sionista de detener el flujo de insumos humanitarios al enclave, devastado por la guerra.
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