La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya dictaminó el viernes que tiene jurisdicción para investigar los crímenes de guerra cometidos en los territorios que Israel lleva ocupando desde hace más de 50 años en Palestina.
A este respecto, el diario israelí Haaretz informó la misma jornada que las agencias de seguridad israelíes ven este fallo de la CPI como un “duro revés diplomático” al régimen de Tel Aviv.
Por lo tanto, prosigue el rotativo, las referidas agencias actualmente están preparando una lista secreta, de 200 a 300 funcionarios del régimen, para aconsejarles que no viajen fuera de los territorios ocupados por temor a ser arrestados.
El listado incluye al premier israelí, Benjamín Netanyahu, a los ministros de seguridad actuales y anteriores, así como a jefes actuales y anteriores del estado mayor conjunto del ejército y el servicio de seguridad general de inteligencia israelí (Shabak) y a oficiales de alto rango, indica el texto.
En respuesta al anuncio del alto tribunal de La Haya, que ha caído como un jarro de agua fría en Israel, Netanyahu dijo el mismo viernes que la CPI “es un organismo político y no una institución judicial”.
Por su parte, el ministro israelí de relaciones exteriores, Gabi Ashkenazi, dijo que Israel no es miembro de la CPI, y, debido a ello, el tribunal no tiene ningún derecho a investigar cuestiones relacionadas con este régimen.
En diciembre de 2019, la CPI anunció que había suficientes evidencias para abrir una investigación completa sobre los “crímenes de guerra” perpetrados por el régimen de ocupación contra los palestinos.
De hecho, pese a los intentos de Israel y EE.UU. por sabotear la pesquisa de la CPI, el organismo prometió una investigación independiente e imparcial, que incluirá acciones israelíes cuestionadas, como la construcción de asentamientos ilegales en la ocupada Cisjordania, la violencia ejercida durante la agresión militar a Gaza en 2014 y la masiva represión de los palestinos en las protestas de la Gran Marcha del Retorno, que se celebran cada semana desde marzo de 2018 en Gaza.
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