Lee Young-Ah, de la organización surcoreana Solidaridad Popular por la Democracia Participativa, condenó la complicidad de países como Estados Unidos, que envía la mayor cantidad de armas a la entidad sionista, y “ha proporcionado más de 50 000 toneladas de armas y equipo militar desde el 7 de octubre de 2023”.
Young-Ah criticó a “Alemania, Reino Unido, Canadá, Francia, Italia, Australia, Corea del Sur y otros países que también apoyan la masacre, armando a Israel con bombas, balas, aviones y combustible”.
En Seúl, han tenido lugar manifestaciones semanales en apoyo de Palestina durante el último año. Sin embargo, Corea del Sur sigue exportando armas a Israel por valor de millones de dólares.
En tal sentido, el abogado Im Jae-Sung alertó por su parte que si las naciones “toman medidas dentro de sus propios países, ¿no sería eso una forma de presionar a Estados Unidos? Por eso estamos presentando cargos criminales contra los criminales de guerra israelíes en Corea del Sur. Y aunque Corea del Sur no hace mucho, todavía hay declaraciones para dejar de exportar armas a Israel”.
Corea del Sur ha vendido armas a Israel por un valor de 47 millones de dólares en los últimos 10 años, con un incremento año tras año en las exportaciones, denunciaron también en mayo pasado legisladores de ese país.
Ese propio mes, activistas por la paz de Corea del Sur exigieron que el país deje de enviar armas que alimentan el genocidio de Israel, y pidieron que Hyundai dejara de vender al régimen sionista equipos que seguramente serán utilizados para demoler casas palestinas para los asentamientos israelíes.
Un panel de 30 expertos de la ONU advirtió a los fabricantes de armas y municiones que, al exportar armas a Israel, junto con sus inversores, pueden ser cómplices de graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos.
Con el apoyo de las potencias de Occidente y especialmente de los Estados Unidos, el régimen sionista ha llevado durante más de un año una masacre en la Franja de Gaza, y como resultado han muerto más de 43 000 personas, y otras más de 100 000 han resultado heridas. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños.
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