"El Gobierno de Cuba denuncia las nuevas medidas de endurecimiento del bloqueo, que están destinadas a fracasar como se ha demostrado repetidamente en el pasado, y que no lograrán su propósito de debilitar a la Revolución ni doblegar al pueblo cubano, cuya resistencia a las agresiones de cualquier tipo y origen ha sido probada a lo largo de casi seis décadas", dijo el viernes la Cancillería cubana en un comunicado.
El viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endureció la política hacia Cuba de su antecesor, Barack Obama, y, entre otras decisiones, prohibió hacer negocios con empresas cubanas gestionadas por militares. También fijó medidas más estrictas para los viajes de los estadounidenses a la isla.
“Fuertemente restringiremos los dólares estadounidenses que vayan a los militares y a los servicios de inteligencia (…) Aplicaremos la prohibición sobre el turismo. Aplicaremos el bloqueo”, subrayó el dignatario estadounidense.
La Habana rechazó "la manipulación con fines políticos y el doble rasero en el tratamiento del tema de los derechos humanos" y señaló que Trump, "otra vez mal asesorado, toma decisiones que favorecen los intereses políticos de una minoría extremista de origen cubano del estado de Florida (sureste de EE.UU.)".
El Gobierno de Cuba denuncia las nuevas medidas de endurecimiento del bloqueo, que están destinadas a fracasar como se ha demostrado repetidamente en el pasado, y que no lograrán su propósito de debilitar a la Revolución ni doblegar al pueblo cubano, cuya resistencia a las agresiones de cualquier tipo y origen ha sido probada a lo largo de casi seis décadas", dijo la Cancillería cubana en un comunicado.
"Nuevamente el Gobierno de los Estados Unidos recurre a métodos coercitivos del pasado, al adoptar medidas de recrudecimiento del bloqueo, en vigor desde febrero de 1962, que no solo provoca daños y privaciones al pueblo cubano", señala el comunicado.
No obstante, "Cuba reitera su voluntad de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo, así como la negociación de los asuntos bilaterales pendientes con el Gobierno de los Estados Unidos", agrega la nota.
"Cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político, económico y social en Cuba, ya sea la que pretenda lograrlo a través de presiones e imposiciones, o empleando métodos más sutiles, estará condenada al fracaso", advierte.
EE.UU. y Cuba iniciaron a finales de 2014 un proceso para normalizar sus relaciones bilaterales tras más de medio siglo sin lazos diplomáticos. Ambas partes rubricaron más de 20 acuerdos en áreas económicas, migratorias, así como de seguridad marítima y de protección ambiental.
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