El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció el miércoles nuevas restricciones de visado para funcionarios gubernamentales de países africanos y de Granada, además de representantes de Cuba, a raíz de su participación en la contratación de misiones médicas cubanas. Washington afirma que dichos programas constituyen una forma de trabajo forzado.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, condenó la medida, que se enmarca en una política de endurecimiento hacia la isla puesta en marcha durante la Administración de Donald Trump.
Cuba “continuará prestando servicios” y la medida demuestra que la “imposición” y la “agresión” son la “nueva doctrina de la política exterior” de Estados Unidos bajo la Administración de Trump, aseguró en redes sociales.
El jefe de la Diplomacia cubana definió las misiones médicas de la Isla como “programas legítimos de cooperación”.
Cuba asegura que, a lo largo de las décadas, ha enviado a más de 100 000 médicos a más de 70 países para brindar atención médica urgente. Actualmente hay más de 22 000 médicos trabajando en más de 50 países, de acuerdo con las cifras del Gobierno.
La Habana acusa a Estados Unidos de intentar desacreditar las misiones médicas, denunciando que Washington busca poner fin a los elogios que ha recibido Cuba por enviar a sus médicos a muchos países pobres y en vías de desarrollo, y privar a Cuba de una fuente legítima de ingresos.
Cuba también fustiga que Estados Unidos está presionando a otros países e instituciones financieras para que rompan sus lazos con Cuba.
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