El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, podría ser quien llevara a EE.UU. a una confrontación militar con otros países, ya que sus actuales posturas y sus decisiones y medidas adoptadas en el pasado, ponen de manifiesto que es una persona sumamente proguerra.
Según informa la página Web The Intercept, en un artículo publicado este miércoles, Mattis, a pesar de ser considerado el miembro del Gabinete estadounidense “más moderado”, es quien más oportunidad tiene para provocar nuevas guerras.
Trump quiere dar vía libre (a Mattis) para lanzar ataques, ataques con drones (aeronaves no tripuladas) y operaciones de rescate de rehenes sin previa autorización presidencial. ¿Qué podría salir mal? ”, se pregunta el periodista Mehdi Hasan sarcásticamente.
El exgeneral estadounidense —apodado "perro rabioso" por su actitud— es conocido entre los militares estadounidenses como una persona “trigger-happy”, es decir, una persona que “primero dispara y luego pregunta”.
En concreto, el periodista Mehdi Hasan, el redactor del informe, recuerda que Mattis fue quien convenció al nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, de llevar a cabo el ataque sobre Yemen que se saldó con la vida de varios civiles, además de un soldado estadounidense, algo que generó gran polémica en el país norteamericano.
Además, el mencionado exgeneral fue quien autorizó la 'Operación Phantom Fury' (2004), la segunda batalla de la ciudad de Faluya (centro de Irak) en la que el Cuerpo de Marines de EE.UU., bajo el mando de Mattis, redujo a escombros la urbe iraquí y provocó la muerte de al menos 800 civiles.
Del mismo modo, advierte el texto, el nuevo mandatario estadounidense quiere dar vía libre a Mattis para llevar a cabo bombardeos, ataques con drones y operaciones especiales en todo el mundo sin aprobación previa del presidente de EE.UU., lo que, considerando la actitud del exuniformado, podría ser sumamente peligroso para la estabilidad en el mundo.
“Trump quiere dar vía libre (a Mattis) para lanzar ataques, ataques con drones (aeronaves no tripuladas) y operaciones de rescate de rehenes sin previa autorización presidencial. ¿Qué podría salir mal?”, se pregunta Hasan sarcásticamente.
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