Crece la incertidumbre entre los más de 800 mil jóvenes “soñadores” cuya vida ha quedado en el limbo luego de que el presidente Donald Trump cumpliera otra más de sus promesas de campaña: Ponerle fin a DACA.
El concilio de Los Ángeles estudia la posibilidad de que la ciudad con más mexicanos que en cualquier otro lado después de la Ciudad de México, agilice estrategias para evitar que se lleven a cabo detención y deportación de jóvenes afectado por el fin de DACA.
La lucha por evitar detenciones y deportaciones ha salido del Ayuntamiento de Los Ángeles y se ha filtrado a las calles de todo el Estado Dorado, movilizando coaliciones que luchan por los derechos del migrante y sindicatos que piden que ahora que el futuro de DACA está en manos del Congreso, se maten dos pájaros de una pedrada.
La llamada resistencia es apoyada por el Ayuntamiento de Los Ángeles cuyo concilio asegura que no es necesario ser un genio para darse cuenta de que DACA no es una carga para los Estados Unidos.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti ha dicho en varias ocasiones que la ciudad ya opera como una ciudad santuaria y que es mejor luchar por evitar deportaciones que tratar de convencer a políticos necios que los jóvenes dreamers no son una amenaza sino un beneficio.
Víctor Cordero, Los Ángeles
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