Las alarmas saltaron cuando la senadora demócrata de mayor rango en el Comité Judicial de la Cámara Alta, Dianne Feinstein remitió el jueves una carta al Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), informó el diario The New York Times.
“He recibido información de una persona que atañe a la nominación de Brett Kavanaugh al Tribunal Supremo. Esa persona me ha pedido confidencialidad (...) y he respetado esa decisión. Sin embargo, he remitido este asunto a las autoridades investigadoras federales”, explicó la referida senadora en un comunicado.
Según dos fuentes conocedoras del tema, en la carta la mujer denunciante asegura que el incidente tuvo lugar en una fiesta a principios de la década de los ochenta, mientras Kavanaugh era estudiante de la escuela secundaria Georgetown en Bethesda, estado de Maryland.
De acuerdo con la misiva, Kavanaugh y un amigo suyo, ambos en estado de embriaguez, arrinconaron a la mujer en una habitación y pusieron música a todo volumen en un intento para neutralizar los gritos de ella. Kavanaugh supuestamente habría cubierto la boca de la mujer con su mano e intentado lanzarse sobre ella, pero la denunciante dijo que había logrado liberarse y salir corriendo de la habitación.
He recibido información de una persona que atañe a la nominación de Brett Kavanaugh al Tribunal Supremo. Esa persona me ha pedido confidencialidad (...) y he respetado esa decisión. Sin embargo, he remitido este asunto a las autoridades investigadoras federales”, dice la senadora demócrata de mayor rango en el Comité Judicial de la Cámara Alta, Dianne Feinstein.
Todavía no se ha abierto una investigación criminal en contra de Kavanaugh como resultado de la carta, dijo un funcionario del FBI. Empero, el candidato de Trump para el Tribunal Supremo ha negado la acusación. “Niego categórica e inequívocamente esta acusación”, apostilló en un comunicado emitido por la Casa Blanca.
Los escándalos sexuales en las altas esferas occidentales han sido constantes en los últimos años, desde la clase política europea hasta el sinfín de episodios de acoso y agresión en que se han visto envueltas figuras destacadas de Hollywood, del Congreso de Estados Unidos y el propio presidente norteamericano.
Un estudio publicado a finales del año pasado muestra que el 60 % de las mujeres en Estados Unidos son víctimas de acoso sexual, con mayor frecuencia en el trabajo.
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