“Para la Fuerza Aérea, un despliegue de F-22 es sin duda el lado fuerte de la moneda”, declaró James durante una rueda de prensa celebrada en el Departamento estadounidense de Defensa.
Para la Fuerza Aérea, un despliegue de F-22 es sin duda el lado fuerte de la moneda”, dice la secretaria de la Fuerza Aérea de EE.UU., Deborah James.
La funcionaria estadounidense recordó que esta decisión se tomó en el marco del plan de apoyo a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), anunciado el año pasado.
Además de alegar que la medida es una respuesta al intervencionismo de Rusia en Ucrania, James rehusó a detallar dónde y cuándo serán desplegados estos F-22 de última generación por motivos de seguridad.
Los cazas antirradar F-22 han sido utilizados por primera vez durante los bombardeos de la denominada coalición internacional contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), liderada por EE.UU., en Siria e Irak, los cuales han dejado al menos 200 civiles sirios muertos.
“La actividad militar de Rusia en Ucrania sigue siendo motivo de gran preocupación para nosotros y para nuestros aliados europeos”, dijo la alta funcionaria norteamericana.
El pasado mes de junio, el viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antonov, reiteró que Moscú responderá de forma adecuada si EE.UU. despliega aviones de combate F-22 en Europa, considerando esta decisión como una provocación para conducir a Rusia hacia un enfrentamiento armado.
Estados Unidos junto a la Unión Europea (UE) ha impuesto varias rondas de sanciones económicas contra Rusia, alegando la intervención de Moscú en los acontecimientos en Ucrania, y han aumentado su presencia militar en Europa Este.
Por su parte, Rusia rechaza las acusaciones y, en represalia, ha adoptado medidas punitivas contra los sancionadores.
El conflicto en el este de Ucrania ha dejado, hasta el momento, más de 6832 muertos y 1,3 millones de desplazados internos, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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