Bin Isa ha elogiado los buenos y fructíferos esfuerzos realizados por el embajador británico durante su mandato que, a su juicio, han contribuido a reforzar las relaciones sólidas Manama-Londres.
Al destacar la importancia y la profundidad de las relaciones bilaterales, el rey bareiní ha agregado que ambos países buscan los intereses comunes a través de los lazos.
Los opositores del régimen de Al Jalifa han declarado que el embajador ha recibido la medalla debido a su apoyo a las políticas represivas del Gobierno bareiní.
Varios partidos, en particular el principal partido opositor bareiní Al-Wefaq, al pedir la salida del embajador del país árabe, han declarado que las políticas del Reino Unido les recuerdan la experiencia colonialista del país europeo.
Lindsay, también, fue uno de los principales patrocinadores de la creación de la base militar británica en el país ribereño del Golfo Pérsico.
Anteriormente, el diario británico The Guardian informó que Londres considera más importante vender las armas que apoyar los principios de los derechos humanos en Baréin.
El Parlamento Europeo (PE) además de pedir el jueves la prohibición de exportación de armas a Baréin, instó a Manama a poner fin a todas las violaciones de los derechos humanos de sus ciudadanos.
Por su parte, varias organizaciones pro derechos humanos condenan fuertemente la decisión de Washington de reanudar sus ayudas militares a Baréin.
El pasado 29 de junio, el Departamento de Estado de EE.UU. anunció que Washington reanudará su ayuda militar al régimen de Baréin y justificó esta decisión alegando que el país árabe había alcanzado “progresos significativos” en el terreno de los derechos humanos.
Desde febrero de 2011, los bareiníes protagonizan manifestaciones casi diarias contra la monarquía Al Jalifa, para reclamar, entre otros, el fin del monopolio de poder y la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independiente.
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