“Yo no tengo las pruebas” de la presencia de soldados rusos en el este de Ucrania, declaró la Alta Representante de la política exterior de la UE en un debate sobre los lazos con Rusia en la era post-Guerra Fría que se desarrolló el viernes en la capital belga, Bruselas.
Estas declaraciones contradijeron las del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, y coincidieron con las afirmaciones del otro invitado en el debate, el presidente de la comisión de Exteriores de la Cámara Baja rusa, Konstantín Kosachov.
Durante el debate, Stoltenberg acusó a Moscú de haber enviado sus tropas para apoyar a los independentistas que tienen bajo su control regiones orientales de Ucrania, entre otras, Lugansk y Donetsk.
Por su parte, el representante ruso, tras rechazar tales alegatos, recordó que el mandatario ucraniano, Petro Poroshenko, nunca presentó los cinco o seis pasaportes de supuestos soldados rusos que anunció hallar en el este de Ucrania. “Rusia no está implicada con fuerzas regulares en el sureste de Ucrania”, insistió.
Recordemos que el jefe del Estado Mayor de Ucrania, Víctor Muzhenko, reconoció el pasado 28 de enero que no existen tropas rusas ejecutando acciones militares en su país, al asegurar: "no estamos luchando con las unidades del Ejército regular ruso”.
En cuanto a las sanciones que ha impuesto la UE a Moscú, Mogherini reiteró que las medidas punitivas no serían levantadas antes del cumplimiento completo de los acuerdos de Minsk, firmados el pasado 12 de febrero.
Aun así, indicó que la situación en Ucrania “es mucho mejor que antes”, agregando que “hay pasos en la buena dirección”. Para tener un panorama totalmente positivo, se necesita “más voluntad política y más tiempo”, concluyó.
Las relaciones entre Rusia y el Occidente se enfriaron a raíz de la crisis ucraniana y tras la reincorporación en marzo de 2014 de la península de Crimea (al sur de Ucrania), mediante un referéndum, a Rusia.
Alegando la implicación de Moscú en el conflicto ucraniano, la UE y Estados Unidos han impuesto varias rondas de sanciones económicas y políticas contra Rusia. A su vez, Moscú tachó de “infundadas” las acusaciones y en respuesta a las sanciones puso limitaciones a las importaciones agroalimentarias procedentes de los países sancionadores.
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