“El régimen de Kiev no es capaz de acabar con la guerra civil, proponemos establecer el Estado de Malorrusia, un Estado joven e independiente para un periodo de transición de 3 años”, ha comunicado este martes Alexandr Zajarchenko, jefe de la referida República.
Tras calificar a Ucrania de “un Estado fallido” y afirmar que el país se encuentra en “un callejón sin salida”, el líder de Donetsk ha recalcado que su iniciativa permitiría poner punto y final al conflicto en la región.
Por tanto, ha proseguido Zajarchenko, los residentes de las regiones y la comunidad internacional deben apoyar esta idea, y detener los apoyos a la represión de los independentistas.
La iniciativa, según detallan sus elaboradores, pide el establecimiento de un ente federativo como Estado y “heredero legal de Ucrania”, que tenga amplia autonomía y con la ciudad de Donetsk como capital.
El régimen de Kiev no es capaz de acabar con la guerra civil, proponemos establecer el Estado de Malorrusia, un Estado joven e independiente para un periodo de transición de 3 años”, comunica Alexandr Zajarchenko, jefe de la República Popular de Donetsk.
Al respecto, el ministro de Ingresos y Tributos de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexandr Timofeev, ha explicado a su vez que la Constitución del propuesto Estado será aprobada en un referendo popular tras un amplio debate.
“La Constitución de Malorrusia está en proceso de preparación y se aprueba en su variante inicial por la Asamblea Constitucional y pasa a un referendo popular, luego de realizarse una amplia discusión social tanto a nivel regional como federal”, ha resaltado.
Desde 2014 –cuando la península Crimea se adhirió mediante un referendo (no reconocido por Kiev) a la Federación Rusa– y la operación del Ejército de Kiev en las regiones de Lugansk y Donetsk, las regiones orientales de Ucrania, son escenario de un conflicto armado que se ha saldado con unos 10.000 muertos, entre ellos 2000 civiles, tal como indican las cifras dadas a conocer por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los acuerdos de Minsk, firmados en septiembre de 2014 y febrero de 2015, no han derivado hasta el momento en el cese de la violencia y ambas partes se acusan mutuamente de violar el pacto.
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