El Gobierno de Alemania rechazó la demanda del equipo negociador de EE.UU. y la posición de la Administración del presidente Donald Trump de proscribir a Hezbolá en su totalidad como una “organización terrorista”, porque el movimiento libanés “está vinculado a las conversaciones de paz entre Israel y Palestina”, ha aseverado este jueves el diario israelí The Jerusalem Post.
Dos fuentes familiarizadas con las negociaciones de EE.UU. con Alemania, Francia y el Reino Unido sobre lo que llama Washington como la corrección de fallas en el acuerdo nuclear con Irán, han indicado al diario israelí, que Berlín considera a la Administración de Trump como un Gobierno demasiado pro-Israel, por eso no acepta todas sus demandas.
Una fuente dijo que el Reino Unido y Francia son susceptibles de sancionar a Hezbolá. Sin embargo, existen diferencias entre la posición francesa y británica sobre las medidas punitivas que pueden tomar ambos países.
Además de prohibir el pleno movimiento de Hezbolá en Europa, un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU., dijo que Trump quiere que los europeos corten los fondos al Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) y cualquier persona o grupo que según Washington está vinculado con Irán y a su juicio contribuye al terrorismo.
Sin embargo, la Administración de la canciller Angela Merkel no quiere prohibir a Hezbolá, específicamente su llamado brazo político.
Entre otras acusaciones y temas, Washington quiere a sus aliados que se unen al país norteamericano para “limitar el desarrollo de misiles de Irán” y a su juicio “detener su proliferación de misiles, especialmente hacia Yemen”.
El funcionario estadounidense, indicó que Washington “discutió los seis asuntos no nucleares/regionales que el presidente también identificó y pidió medidas más firmes de parte de nuestros aliados europeos”. Sin embargo, al parecer hay discordias entre las partes que ponen en entredicho el futuro de las conversaciones.
Trump amenazó en enero al Reino Unido, a Francia y a Alemania con retirarse del convenio nuclear si estos tres países no negociaban con los estadounidenses su modificación y les impuso un plazo de cuatro meses. De hecho el magnate ligó la vida del acuerdo nuclear firmado en 2015, apoyado internacionalmente, a los misiles balísticos de Irán, exigiendo imponer amplias restricciones al respecto.
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