“La nación palestina ha sido sometida a un terrorismo de estado sistemático israelí y a un agravamiento de la violencia por parte de los ocupantes israelíes”, ha denunciado este miércoles Wasel Abu Yusef, miembro del comité ejecutivo de la OLP, desde la ciudad cisjordana de Ramalá.
La nación palestina ha sido sometida a un terrorismo de estado sistemático israelí y a un agravamiento de la violencia por parte de los ocupantes israelíes”, indica Wasel Abu Yusef, miembro del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación Palestina (OLP).
Tras aludir a los momento difíciles que han atravesado este año los palestinos, Abu Yusef ha señalado que las muertes de palestinos a manos de los israelíes han hecho desvanecerse las esperanzas de alcanzar una solución política al conflicto palestino-israelí.
Como ejemplo, el funcionario palestino ha recordado la quema de una familia palestina viva a manos de colonos israelíes que prendieron fuego a su casa.
Ali Saad Daubasha, un niño de un año y medio de edad, murió el 30 de julio, quemado en un incendio provocado intencionalmente por colonos israelíes en su casa, situada en la aldea de Kfar Duma, cerca de la ciudad cisjordana de Nablus. Su padre, Saad Daubasha, y su madre, Riham Daubasha, perecieron días después por las graves quemaduras sufridas en el ataque.
Abu Yusef ha reiterado que el fin de la ocupación israelí es la exigencia compartida de todos los palestinos, que para materializar ese fin resistirán frente a todo intento de socavar su voluntad, incluidos los ataques de gravedad tal que pueden ser categorizados como “crímenes de guerra”.
Por lo tanto, el titular palestino ha expresado su esperanza de que 2016 sea el año del fin de la ocupación del régimen de Tel Aviv, de la liberación de los presos palestinos, de la reconciliación a nivel nacional y de la ruptura del silencio que mantiene la comunidad internacional ante la causa palestina.
La tensión en los territorios ocupados palestinos se intensificó de manera notable tras una serie de incursiones y profanaciones a la Mezquita Al-Aqsa, ubicada en la ciudad de Al-Quds (Jerusalén), que provocó la ira del pueblo palestino, obligado así a comenzar una nueva “Intifada” (levantamiento) para liberar Al-Quds.
Como consecuencia de la represión israelí, 135 palestinos —entre ellos, 26 menores— han muerto desde octubre, según datos publicados el 24 de diciembre por el Ministerio palestino de Salud.
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