La más reciente ocurrió en Ramalá, cuando las fuerzas israelíes se enfrentaron con gases lacrimógenos a los manifestantes palestinos que arrojaban piedras para defenderse.
También en Hebrón, otra manifestación similar fue reprimida con brutalidad. Esta última se realizó tras el funeral de dos palestinos de la localidad que fueron asesinados por los disparos de las fuerzas israelíes.
Durante los últimos días las tensiones han crecido a raíz de la violación de la Mezquita Al-Aqsa por parte de colonos extremistas. El régimen israelí reimpuso prohibiciones de la entrada de hombres palestinos de menores de 50 años al campo de Mezquita Al-Aqsa, uno de los sitios más sagrados para los musulmanes.
Al menos 20 palestinos han muerto y más de 1000 resultados heridos desde el 1 de octubre en los enfrentamientos.
Por su parte Los movimientos de resistencia palestinos advierten de una tercera Intifada con el fin de “liberar Al-Quds” de décadas de ocupación bajo régimen israelí.
La brutalidad israelí ha provocado rechazos incluso entre los israelíes. Cientos de ellos manifestaron en las ciudades de Nazaret y Al-Quds (Jerusalén) pidiendo la renuncia del primer ministro, Benyamin Netanyahu. Los manifestantes expresaron su descontento con la muerte de palestinos a manos de las fuerzas israelíes y pidieron el establecimiento de un Estado palestino.
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