“El conflicto en Libia no se puede solucionar mediante acciones bélicas. Discutí el tema con mis colegas de Turquía y Egipto [Mevlut Cavusoglu y Sameh Shukri, respectivamente], ellos están de acuerdo con el elemento fundamental de nuestra posición, que consiste en la imposibilidad de una solución militar para ese conflicto”, explicó el martes el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una conferencia de prensa.
Para Lavrov, la solución negociada es la piedra angular de todas las resoluciones que se aprueban en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), todas las declaraciones que se han adoptado en numerosos eventos, incluida la conferencia de Berlín: una conferencia que se celebró en enero y a la que asistieron potencias mundiales y actores regionales para encontrar una solución política a la crisis libia.
Como más importante, el canciller ruso llamó a todas las partes que participan en la contienda en Libia a un cese inmediato de las hostilidades.
“No veo ninguna otra opción que no sea un alto el fuego inmediato y la resolución de todos los demás problemas basados en el proceso de negociación en el marco de la declaración de la conferencia de Berlín”, precisó.
De acuerdo con Lavrov, en los últimos años, la superioridad militar de un bando sobre el bando adversario en el conflicto ha sido siempre temporal y ha ido acompañada de represiones; la parte que se encontraba en retirada estaba lista para negociar pero no la que avanzaba, “algo que todos comprendieron hace tiempo”.
Lavrov advirtió, asimismo, que las tres principales regiones históricas de ese país deben estar representadas equitativamente en el proceso de negociación, en sus resultados y en los nuevos órganos del gobierno, tanto el ejecutivo como el legislativo.
Para el canciller, las cuestiones económicas libias también deben abordarse, teniendo en cuenta el equilibrio de intereses de cada una de estas tres partes del país, y el “asunto relacionado con quién tendrá fuerza legítima relacionada con el uso de la fuerza militar en el Estado libio también debe ser objeto de convenios”, subrayó el titular.
Actualmente, Libia se debate entre dos grupos rivales que luchan para hacerse con el poder: el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), dirigido por Fayez al-Sarraj, reconocido por la ONU y establecido en Trípoli; y el Ejército Nacional de Libia (ENL), liderado por el mariscal Jalifa Haftar y con sede en la ciudad de Tobruk (este).
Desde abril de 2019, las fuerzas del mariscal Haftar llevan a cabo una amplia ofensiva contra Trípoli en un intento por ocupar la ciudad capitalina. En esta lucha, países como Turquía apoyan al Gobierno de Trípoli, mientras que Egipto, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia respaldan a su rival.
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