Según el informe diario del Ministerio de Defensa de Rusia, en una jornada clave de la operación militar especial, las tropas rusas han liberado la localidad de Elizavétovka, en la República Popular de Donetsk, mientras derribaron un caza F-16 suministrado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso ha detallado que también se interceptaron 8 bombas JDAM, 7 cohetes HIMARS y 207 drones, evidenciando la ineficacia de la ayuda militar occidental frente a las defensas rusas.
Según el parte bélico, Kiev ha perdido unos 1280 efectivos en las últimas 24 horas, durante operaciones coordinadas de los grupos de fuerzas Centro (435 bajas), Oeste (260), Sur (295), Este (130), Dniéper (70) y Norte (90). Entre el material destruido destacan un lanzacohetes RAK-SA-12 (Croacia), un obús Paladin (EE.UU.) y un cañón autopropulsado Krab (Polonia).
Estos éxitos militares ocurren mientras la OTAN intensifica el envío de armas a Ucrania, incluyendo aviones F-16 que Moscú advierte son “blancos legítimos”. La defensa antiaérea rusa ha demostrado una vez más su capacidad para neutralizar sistemas de alta tecnología, cuestionando el costo-beneficio de la ayuda militar de EE.UU. y la Unión Europea (UE).
Los avances rusos envía un mensaje claro que el armamento occidental no cambiará el curso de un conflicto donde Rusia mantiene la iniciativa estratégica. Las cifras de bajas ucranianas revelan el desgaste de un ejército dependiente de reclutas improvisados y equipos extranjeros.
Esto ocurre en un contexto de conversaciones para lograr un alto el fuego. Pese a una tregua energética pactada recientemente entre las partes, Kiev ha lanzado frecuentes ataques a la infraestructura energética rusa, según ha denunciado Moscú.
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