El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha afirmado este viernes que Moscú ha comenzado la producción de sus nuevos misiles hipersónicos y confirmado los planes de desplegarlos en Bielorrusia antes de que finalice el año, lo que representa una amenaza directa para la vecina Ucrania.
Sentado junto al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en la isla Valaam, cerca de San Petersburgo, Putin ha indicado que el ejército ya ha seleccionado los lugares de despliegue en Bielorrusia para el misil balístico de alcance intermedio Oreshnik.
“Los trabajos preparatorios están en marcha, y lo más probable es que concluyamos antes de fin de año”, ha declarado el inquilino del Kremlin, añadiendo que la primera serie de misiles Oreshnik y sus sistemas ya han sido producidos y entraron en servicio militar.
Ha elogiado las capacidades del Oreshnik, afirmando que sus ojivas múltiples que se precipitan hacia un objetivo a velocidades de hasta Mach 10 son inmunes a ser interceptadas y son tan potentes que el uso de varias de ellas en un ataque convencional podría ser tan devastador como un ataque nuclear.
Putin, de igual modo, ha alertado a Occidente de que Moscú podría utilizarlo contra los aliados ucranianos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) si permitían a Kiev utilizar sus misiles de mayor alcance para atacar dentro de Rusia.
A finales de noviembre de 2024, Putin anunció la exitosa prueba de un nuevo misil hipersónico contra Ucrania, en reacción al uso de armas estadounidenses y británicas contra Rusia. “Se probó en condiciones de combate uno de los sistemas rusos de misiles de alcance medio más novedoso. En este caso, con un misil balístico en un equipo hipersónico no nuclear”, afirmó el presidente ruso en un mensaje televisivo dirigido al pueblo y el Ejército rusos.
Previamente, el líder ruso había afirmado que, si Occidente accede a autorizar ataques dentro de Rusia con sus misiles de largo alcance, eso cambiaría la “esencia” y la “naturaleza” del conflicto en Ucrania.
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