En un mensaje emitido la noche del sábado en su cuenta en X, Ali al-Qahum, miembro del buró político de Ansarolá, aseveró que “la insistencia de EE.UU., el Reino Unido e Israel en continuar la agresión ampliará el conflicto en la zona”.
El mensaje se difundió luego de que el Gobierno norteamericano declarara al movimiento yemení como una organización terrorista y le impusiera una serie de sanciones “por sus ataques buques en el mar Rojo”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Yemen calificó de “ilegal e ilegítima” dicha medida, y condenó el doble rasero de Estados Unidos.
Las fuerzas estadounidenses y británicas lanzaron en la misma jornada una nueva ola de ataques contra Yemen.
La agencia de noticias oficial yemení, Saba, citando a una fuente de seguridad, que habló bajo condición de anonimato, informó que tres ataques aéreos impactaron el barrio de Al-Kasib en la estratégica ciudad portuaria de Al-Hudayda, en el mar Rojo, mientras que otro tuvo como objetivo la zona costera de Al-Taif en el distrito de Al-Durayhimi.
Un ataque aéreo estadounidense-británico también alcanzó objetivos en la zona de al-Jah del distrito de Beit al-Faqih.
Además, Estados Unidos y el Reino Unido llevaron a cabo una ofensiva aérea contra una importante terminal de exportación de petróleo en la provincia de Al-Hudayda en Yemen.
Desde noviembre pasado, Yemen ha estado llevando a cabo operaciones con misiles y drones contra buques israelíes y los que se dirigen a los puertos de los territorios ocupados, con el objetivo de presionar a ese régimen para que detenga su guerra genocida contra Gaza, que ha dejado más de 28 858 palestinos muertos en los últimos cuatro meses.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, en coordinación con el Reino Unido y otros socios, ha respondido, atacando múltiples objetivos en Yemen, desde mediados de enero, en el marco de una llamada alianza marítima en el mar Rojo, destinada a preservar la seguridad del régimen sionista.
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