La Cámara Baja del Parlamento de Polonia aprobó el pasado viernes una reforma legal para sancionar con hasta tres años de cárcel a quienes utilicen la expresión “campos de exterminio polacos” y acusen a la nación o el Estado polacos por implicación en los crímenes nazis.
“No toleramos que se distorsione la verdad, ni el revisionismo histórico, ni la negación del Holocausto”, dijo el domingo Netanyahu en una reunión con su gabinete y consideró la iniciativa de un “intento de reescribir la historia”.
La reforma legal —aprobada con 279 votos a favor, 5 en contra y 130 abstenciones— fue propuesta por la Presidencia polaca y aún tiene que ser ratificada por el Senado del país europeo.
No toleramos que se distorsione la verdad, ni el revisionismo histórico, ni la negación del Holocausto”, afirmó el primer ministro del régimen de Israel, Benyamin Netanyahu.
El mismo domingo, el ministerio de asuntos exteriores israelí convocó al encargado de negocios de la embajada de Polonia en los territorios ocupados palestinos para expresarle la preocupación del régimen de Tel Aviv por la nueva legislación.
El supuesto plan de exterminio de los judíos, ordenado por el Gobierno nacionalsocialista alemán (1933-1945), difundido como rumor propagandístico durante la guerra y considerado probado en los juicios de Núremberg (1945-1946), sirvió para justificar la partición de Palestina y el establecimiento del régimen de ocupación israelí, además del cobro de multimillonarias indemnizaciones hasta el día de hoy y otros beneficios políticos.
Este tema siempre ha generado polémica. Mientras algunos Estados no lo aceptan, en varios países occidentales, incluidos países europeos, es imposible cuestionarlo y hay leyes y normativas que prohíben poner en duda su autenticidad.
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