• Manifestantes bahreiníes piden boicot de elecciones parlamentarias, Manamá, Baréin, 21 de noviembre de 2014. (Foto: Getty Images)
Publicada: viernes, 11 de noviembre de 2022 14:17

Grupos políticos de oposición y activistas bareiníes acuerdan a boicotear las próximas elecciones parlamentarias del país árabe como un rechazo a la dictadura.

Los grupos de oposición, en una muestra de rechazo total a la dictadura y la represión del régimen gobernante, han acordado por unanimidad boicotear las próximas elecciones parlamentarias del 12 de noviembre en el país, ha enfatizado este viernes subsecretario general del partido opositor Al-Wefaq, sheij Husein al-Daihi, en una entrevista mantenida con la cadena de televisión bareiní Lualua TV.

A la luz de la atmósfera cada vez más asfixiante, la dictadura de la dinastía gobernante Al Jalifa, el absoluto desprecio por las demandas públicas y la violación del derecho de las personas a marcar su propio destino, los grupos de oposición de Baréin con sede en extranjero, así como los activistas sociales y políticos bareiníes, han tomado la decisión de no votar en las próximas votaciones”, ha aseverado.

Según Al-Daihi, a pesar de esfuerzos del Gobierno, como compra de votos, los funcionarios bareiníes han sufrido un gran fracaso diplomático. “La decisión de boicotear las elecciones del 12 de noviembre se produjo en respuesta a un llamamiento del prominente líder opositor, el sheij Isa Ahmad Qasem, de no participar en las elecciones”, ha dicho.

 

En esta línea, ha añadido que los candidatos, desafortunadamente, “se enorgullecen de tener la oportunidad de servir al régimen de Al Jalifa que a la nación en caso de ser elegidos”.

El líder bareiní sheij Qasem pidió el miércoles en su cuenta en Twitter boicotear las próximas elecciones del país, aduciendo que resultarán en la “destrucción de la democracia”. “[...] Esta es una elección cuyas puertas están cerradas hacia quienes buscan la democracia”, subrayó.

En un comunicado emitido el 14 de septiembre, Al-Wefaq describió el boicot a las elecciones como un deber nacional, enfatizando que el régimen de Manamá mantiene un control absoluto sobre el proceso electoral y busca instalar una legislatura débil, cuya tarea principal sería pulir la imagen de la corrupta dinastía Al Jalifa.

En estos años, las formas de la supresión de las libertades públicas de los sucesivos gobiernos de Baréin han ido de un espectro a otro, como torturas (más de 6000 víctimas), detenciones arbitrarias (más de 20 000 casos de los cuales ocurrieron durante 11 años) y ejecuciones extrajudiciales (más de 200).

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