El lunes, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobó la posible venta al ejército de Taiwán, de piezas de repuesto valoradas en unos 228 millones de dólares.
El Mmisterio de defensa de Taiwán afirmó que el paquete de ventas “entrará en vigor” dentro de un mes.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, indicó en una conferencia de prensa que Washington tiene que “dejar de conspirar y apoyar la independencia de Taiwán, y dejar de socavar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”.
Señaló que las ventas de armas a la “región china de Taiwán” había “violado gravemente el principio de una sola China… infringido la soberanía y los intereses de seguridad de China” y “dañado las relaciones entre China y Estados Unidos”.
En respuesta, China impone una “congelación” legal de las propiedades de las nueve empresas en el continente, subrayó Lin.
Los contratistas, incluida la empresa aeroespacial Sierra Nevada Corporation, tendrán sus activos en China congelados y se prohibirán todas las transacciones con personas y entidades radicadas en China, según Lin.
China tiene soberanía sobre la isla autónoma. Según la política de “Una sola China”, casi todos los países del mundo reconocen esa soberanía, lo que significa que no establecerían contacto diplomático con Taipéi.
Las tensiones entre China y EE.UU. están en su nivel más alto en los últimos años debido, entre otras razones, al apoyo estadounidense a Taiwán, que incluye la venta de armas y las visitas de funcionarios norteamericanos a la isla, que Pekín considera parte inseparable de su territorio bajo el principio de una sola China.
China considera a Taiwán una parte integral de su territorio y rechaza cualquier intento de cuestionar este principio, especialmente dado que casi todos los países, incluido EE.UU., reconocen la soberanía china sobre la isla, donde los movimientos secesionistas han ganado terreno bajo la cooperación militar y económica de Washington.
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