• La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, durante una rueda de prensa en Pekín, 21 de marzo de 2025.
Publicada: viernes, 21 de marzo de 2025 15:31

El Gobierno de China advierte a Estados Unidos de no interferir en la cooperación comercial entre Pekín e Irán y le recomienda dejar este enfoque.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, ha reaccionado este viernes a la reciente decisión de EE.UU. de incluir los ciudadanos chinos y las empresas con sede en el gigante asiática en la lista de sus sanciones contra Irán.

Al respecto, ha asegurado que Pekín tomará todas las medidas necesarias para proteger resueltamente los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas.

Estados Unidos debe dejar de interferir en la cooperación comercial y económica entre China e Irán”, ha declarado la vocera.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el jueves, que Washington ha impuesto una cuarta ronda de sanciones contra Teherán, basada en el marco del memorando de seguridad nacional y la campaña de máxima presión del presidente Donald Trump contra Irán, para impedir las ventas de petróleo iraní.

 

Las nuevas sanciones apuntan a la refinería independiente china Shandong Shouguang Luqing Petrochemical Co., Ltd., con sede en China, y su director, y buques que suministran supuestamente petróleo crudo iraní a dichas plantas de procesamiento, entre ellos, el Aurora Riley y el Catalina, con bandera de Panamá, y el Brava Lake, con bandera de Barbados.

Además, anunció sanciones a una terminal petrolera china, Huaying Huizhou Daya Bay Petrochemical Terminal Storage, por comprar y almacenar presuntamente petróleo crudo iraní de un buque sancionado.

China es el mayor importador de petróleo iraní. Los estadounidenses tienen prohibido hacer negocios con personas incluidas en su ilegal y unilateral lista negra, bajo amenaza de congelación de sus activos en Estados Unidos.

Desde su llegada al poder, Trump ha adoptado una política de doble rasero hacia Teherán, al mismo tiempo que ha llamado a negociar, ha retomado la llamada política de “máxima presión”, endureciendo las sanciones para cortar la venta de petróleo iraní y amenazado con acciones militares.

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