Durante una reunión el viernes en Pekín con el primer ministro español, Pedro Sánchez, el presidente chino, Xi Jinping, afirmó que China confía en su autosuficiencia y no teme involucrarse en una guerra comercial con Estados Unidos.
Subrayó que Pekín no cederá ante las demandas “irrazonables” de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump. No obstante, advirtió que una guerra comercial no beneficia a nadie y que ir en contra del mundo solo lleva al aislamiento.
Estas declaraciones se dan tras la decisión de Trump de suspender temporalmente varios aranceles por 90 días, aunque el jueves impuso gravámenes del 145 % a productos chinos. Como resultado, los mercados financieros globales se desplomaron debido a la incertidumbre comercial entre los inversores.
Xi afirmó que, durante más de siete décadas, el progreso de China se ha sustentado en la autosuficiencia y el esfuerzo propio, sin depender de favores externos, y que no cederá ante presiones injustas.
Enfatizó que, independientemente de los cambios en el entorno global, China mantendrá su confianza, permanecerá enfocada y priorizará la gestión efectiva de sus asuntos internos.
En este contexto, Xi instó a los líderes de la Unión Europea a colaborar con Pekín para contrarrestar la “intimidación unilateral” de la administración Trump.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló al Financial Times que la UE cuenta con diversas contramedidas preparadas en caso de que las negociaciones con Trump no prosperen. Entre ellas, mencionó la posibilidad de imponer un impuesto a los ingresos publicitarios de servicios digitales, que se aplicaría en todo el bloque.
En respuesta a las recientes medidas de Washington, Pekín anunció que, a partir del 10 de abril, aplicará aranceles adicionales del 34 % a todas las importaciones provenientes de Estados Unidos.
Además, suspendió las importaciones de sorgo, aves y harina de huesos de ciertas empresas estadounidenses.
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