Dos niños fueron asesinados por un carro de carabineros, la policía militarizada chilena, cuando iban a ver un partido de fútbol del equipo Colo-Colo. Los barrios estallaron en protesta.
Mientras, la prensa y carabineros daban otra información: que en medio del intento de reprimir una turba que intentaba ingresar al estadio sin su entrada, una valla de seguridad cayó encima de las víctimas y, al pasar un carro policial sobre una punta de la reja, los aplastó.
Al pasar los días, la versión de carabineros y la prensa quedó en entredicho, al declarar testigos ante la Fiscalía y frente a algunos medios de comunicación.
Los únicos testigos presenciales: un carabinero y dos civiles, indican lo mismo: fue el actuar policial el que asesinó a dos niños: Mylan, de 13, y Martina, de 18 años. Y aunque Carabineros debe portar cámaras y mantenerlas encendidas durante los procedimientos, no hay ninguna grabación de este hecho.
En este gobierno se han aprobado leyes que aumentan la protección a las policías, mientras se mantiene la impunidad por los miles de violaciones a los derechos humanos durante el estallido social de 2019 y no se ampara los derechos de los civiles que son embestidos por la policía militarizada, según informes realizados por organismos de derechos humanos.
La investigación recién comienza, pero la experiencia y las actuales leyes no dan mucha esperanza de que se haga justicia y se garantice que nunca más la fuerza policial asesinará a civiles.
Beatriz Michell, Santiago de Chile
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