La Fiscalía del condado de San Diego, ubicado en el suroeste del estado de California (EE.UU.), presentó el martes cargos por homicidio contra Jesse Michael Gómez, detenido después de haber matado al oficial Jonathan DeGuzman y herido a su compañero, el oficial Wade Irwin, la semana pasada.
A Gómez, de 52 años, que permanece bajo custodia de las autoridades, se le fijó una fianza por cinco millones de dólares y de ser hallado culpable puede ser condenado a la pena capital, según la Fiscalía.
El ataque a un oficial de Policía es un ataque a toda la sociedad, y todos debemos mantenernos juntos en paz y unidad mientras superamos este doloroso incidente, aseguró la jefa de Policía de San Diego, Shelley Zimmerman.
El acusado, quien actualmente se encuentra hospitalizado en estado crítico recibió la lectura de sus cargos en el mismo hospital en el que se encuentra internado por parte del juez Joan Weber.
El tiroteo ocurrió el pasado jueves, cuando los dos agentes se encontraban realizando un control de tráfico pasadas las 11.00 horas de la noche. Pararon a un coche y sus ocupantes les dispararon.
De acuerdo con la Fiscalía, cuando llegaron los agentes de refuerzo encontraron a los dos oficiales con heridas de bala. Uno de los agentes fue trasladado inmediatamente al hospital en un coche patrulla, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvarle. Presentaba numerosas heridas de bala en la parte superior del torso. El segundo agente fue trasladado a un hospital local donde se recupera de manera satisfactoria del ataque.
"El ataque a un oficial de Policía es un ataque a toda la sociedad, y todos debemos mantenernos juntos en paz y unidad mientras superamos este doloroso incidente", aseguró la jefa de Policía de San Diego, Shelley Zimmerman.
Hasta el momento, la Policía no ha revelado los posibles móviles que propiciaron que el detenido abra fuego contra los oficiales.
El hecho se produce mientras la brutalidad policial en EE.UU., sobre todo contra la comunidad afroamericana y las minorías, ha suscitado críticas de diversas organizaciones, como el grupo de derechos civiles Black Lives Matter ("las vidas de los negros importan", en inglés) que se reavivaron de manera especial con el caso de Freddie Gray.
La comunidad afroamericana en EE.UU. es blanco de una grave e incesante ola de brutalidad policial. Esta violencia ha dado lugar a la celebración de marchas y manifestaciones en defensa de los derechos de los afrodescendientes.
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