Un artículo titulado “Con su postura sobre Irán, Trump repite mismos errores de Bush en Irak”, publicado el martes en el portal Washington Monthly, enfatiza que las autoridades estadounidenses, según varios informes, buscaban atacar Irak desde hace muchos años antes de que los atentados terroristas desplomaran a las Torres Gemelas, ubicadas en la ciudad estadounidense de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
La publicación nombra a los neoconservadores estadounidenses como el exsecretario de Defensa de Estados Unidos Donald Rumsfeld (1975-1977), el exvicepresidente estadounidense Dick Cheney (2001-2009) y el exsubsecretario de Defensa Paul Wolfowitz (2001-2005) que, entre otras autoridades del país, buscaban un pretexto para atacar al país árabe.
Los informes corroboran que un día tras los atentados, Rumsfeld sugirió utilizar el incidente como un trampolín para ejecutar su plan de invasión, que ocurrió durante la gestión de Bush (2001-2009), destaca el informe.
Casi un año y medio después, ellos presionaron a los servicios de la Inteligencia estadounidense para que fortalezcan la hipótesis de que el entonces dictador iraquí “Saddam Husein (1979-2003) estaba fabricando armas de destrucción masiva”.
Después de asolar gran parte de Irak y causar la muerte de más de 500.000 iraquíes durante el curso de la mencionada invasión, las autoridades estadounidenses reconocieron que no existían tales armas y que se trataba simplemente de un craso “error de Inteligencia”.
Washington Monthly destaca que, repitiendo la historia, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue la misma trayectoria de Bush respecto a Irán.
Añade que actualmente, las autoridades de la Inteligencia estadounidense están bajo presiones por parte de la Casa Blanca para que encuentren un desvío de Teherán del acuerdo nuclear conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, en sus siglas inglesas), sellado en 2015, entre el país persa y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia y Rusia, China, más de Alemania).
Una medida que "refleja la politización de una información que terminó en 2003 en la invasión de Irak", recalca el informe.
Pese a las similitudes, la publicación destaca que hay una gran diferencia entre el mandato de Bush y el de Trump. Explica que existían entonces pruebas contradictorias sobre las armas de destrucción masiva de Saddam, pero, eso no existe respecto al programa nuclear de Teherán.
Pues, tanto los países miembros del G5+1 como la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) han certificado en reiteradas ocasiones el compromiso de Irán con sus obligaciones estipuladas en el acuerdo firmado.
Ante esta situación, resalta Washington Monthly, la Administración del magnate republicano ha recurrido a otra opción: solicitar a la AIEA para presionar a Irán a que acceda a la inspección de sus bases militares. Esta petición no obstante, contradice el JCPOA.
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