Los enviados del CSNU visitarán el lunes la base militar conjunta de Anacostia, en Washington, donde la embajadora de EE.UU. ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, mostró en diciembre de 2017 los restos de un presunto misil balístico yemení lanzado el 4 de noviembre de ese mismo año contra el Aeropuerto de Riad (capital saudí), para después acusar a Teherán de suministrar armas a Yemen.
Tal y como informa la misión de Estados Unidos ante la ONU, Haley y sus 14 colegas del CSNU también almorzarán con el presidente estadounidense, Donald Trump.
El pasado 14 de diciembre, la diplomática estadounidense presentó lo que afirmó ser una evidencia “innegable”, incluidas las piezas supuestamente recuperadas del misil yemení, que demostraba que Irán estaba violando la ley internacional al suministrar misiles al movimiento popular yemení Ansarolá, que lucha contra Arabia Saudí y sus mercenarios.
Unos días más tarde, Haley dijo que el CSNU podría reforzar las disposiciones de la resolución 2231, aprobada en julio de 2015 para respaldar el acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) —de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés)— o adoptar una nueva resolución que prohíba a Teherán llevar a cabo cualquier actividad que esté relacionada con los misiles balísticos.
A su vez, la representación de Irán en la ONU desestimó categóricamente las acusaciones de Haley contra la República Islámica por ser “infundadas” y subrayó que “estas imputaciones también buscan encubrir los crímenes de guerra saudíes en Yemen, con la complicidad de EE.UU., y desviar la atención internacional y regional de la estancada guerra de agresión contra los yemeníes”.
La misión iraní también tachó de “irresponsable, provocativo y destructivo” el discurso de EE.UU. y denunció que el armamento expuesto era una “fabulación” por parte de la diplomática estadounidense.
Además, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, confirmó en un informe que expertos de la organización que dirige no han encontrado prueba alguna que confirme la implicación de la República Islámica de Irán en dicho ataque contra Riad.
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