Sin paños tibios y contra todas las banderas. Así regresó Trump a la Casa Blanca, rompiendo el récord de los comentarios fuera de control durante los primeros 100 días de su segundo mandato.
Trump desde su regreso impulsa la abolición de la ciudadanía por nacimiento, expulsó a migrantes para que fueran encarcelados en El Salvador, atacó a jueces y presiona a firmas de abogados, poniendo a prueba el Estado de derecho en Estados Unidos. Crisis interna e internacional caracterizan su desempeño priorizando lo que denominó como la administración de su gobierno, muy criticada por muchos expertos.
Mientras otras voces aún más críticas señalan al magnate por ir en contra de principios básicos y de empujar al país hacia una crisis constitucional, con altos funcionarios de su administración pidiendo directamente que se ignoren los fallos judiciales. Su sobrina, la psicóloga y escritora Mary L. Trump le acusa incluso de ir contra de la constitución.
En mayo próximo, la Corte Suprema celebrará una audiencia sobre la orden ejecutiva de Trump para revocar la ciudadanía por derecho de nacimiento, una medida que ha sido suspendida a nivel nacional por varios tribunales. Entendidos en política doméstica e internacional de Estados Unidos consideran que el Trump 2.0 tiene una mentalidad mucho más autoritaria que Trump 1.0, asegurando que el mandatario está llevando el poder presidencial de Estados Unidos a límites casi imperiales.
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