En España, la corrupción política sigue sacudiendo al gobernante Partido Popular (PP). Se trata del famoso caso Gürtel. La presidenta de la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012, Esperanza Aguirre, acudió a la Audiencia Nacional a declarar como testigo entre gritos e insultos de los presentes.
Aguirre eludió toda responsabilidad en el caso Gürtel. Dijo que no sabía quién era el señor Francisco Correa, líder de la trama. También negó que su exconsejero procesado en la trama Alberto López Viejo perteneciera a su entorno de confianza.
Pero el escándalo de la trama Gürtel parece no tener fin. Ya ha llegado a lo más alto, convirtiendo a Mariano Rajoy en el primer presidente del Gobierno español en ejercicio que ha sido llamado a declarar como testigo en un proceso judicial. Rajoy intenta mostrarse calmado y ha asegurado que irá a declarar.
La presión sobre Rajoy y su partido crece cada día más. Casi todo los partidos de la oposición, entre ellos Podemos, han pedido la dimisión de Aguirre de su cargo de portavoz del Ayuntamiento de Madrid.
Ahora hay que sumar el caso del Canal de Isabel II a los escándalos de corrupción de los populares. Se investiga un desvío de fondos del Canal, entidad pública del agua de la Comunidad de Madrid, por el que ha sido detenido Ignacio González, número dos de Aguirre y su sucesor en la comunidad madrileña.
Púnica, Gürtel y Canal de Isabel II son, todas ellas, tramas de corrupción que aquejan al PP —que, pese a todo, sigue gobernando España—.
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