Publicada: domingo, 23 de febrero de 2025 21:46

Después de 23 años en prisiones israelíes, los hermanos palestinos Ibrahim, Musa y Jalil Sarahneh fueron liberados en la sexta ronda del acuerdo de intercambio.

Por: Alireza Akbari

Después de languidecer durante 23 años en prisiones israelíes, los hermanos palestinos Ibrahim, Musa y Jalil Sarahneh fueron liberados el sábado, en la sexta ronda del acuerdo de intercambio conocido como Tufan al-Ahrar (Tormenta de los Libres).

Los hermanos Sarahneh fueron uno de los 369 detenidos palestinos liberados en la última fase de un acuerdo de alto el fuego entre el grupo de resistencia palestino Hamas y Israel, el 15 de febrero.

Su liberación elevó el número total de palestinos liberados bajo este acuerdo de intercambio, que es parte del acuerdo de alto el fuego, a 1138 en los últimos dos meses.

Originarios de la localidad de Silwan, en Al-Quds ocupada, los hermanos Sarahneh bajaron de un autobús en el Hospital Europeo de Jan Younis, donde cientos de palestinos se habían reunido para saludar su regreso.

La liberación de los prisioneros palestinos siguió a la entrega de tres prisioneros israelíes a la Cruz Roja por parte de HAMAS (Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina) a lo largo del día. El intercambio se realizó bajo la supervisión de las brigadas Ezzedin Al-Qassam y Al-Quds, alas armadas de HAMAS y la Yihad Islámica PAlestina, respectivamente.

Musa Sarahneh después de su liberación

 

Mientras Jalil fue deportado a Egipto, sus hermanos Ibrahim y Musa fueron trasladados inmediatamente a hospitales debido a sus graves condiciones de salud.

El Crescente Rojo Palestino confirmó que sus equipos médicos transportaron a cuatro prisioneros recién liberados desde el sitio de recepción en Ramallah a instalaciones médicas, incluyendo a Ibrahim y Musa.

Testigos presenciales e informes describieron a muchos de los hombres liberados como visiblemente frágiles, mostrando signos de desnutrición severa y maltrato físico. Algunos requirieron atención médica urgente al llegar.

Entre los liberados estaba Abdul Karim Mushtaha, quien habló en nombre de sus compañeros de cautiverio.

“Nuestro verdadero cumpleaños no es el día en que nacimos. Nuestro verdadero cumpleaños es el día en que somos liberados de la prisión y de la opresión del carcelero”, se citó que dijo.

“Un año y más de sufrimiento y privaciones, de enfermedad sin tratamiento, de dolor”, agregó, subrayando las dificultades que enfrentan los prisioneros palestinos en las cárceles de la ocupación israelí.

Adel Subaih después de su liberación

 

Entre los liberados estaba Adel Subaih, quien expresó alivio y alegría al ser liberado. “No puedo creer que estoy en Gaza… me amputaron la pierna a la fuerza”, dijo Subaih, con lágrimas recorriendo su rostro.

Un vídeo viral surgió poco después de su liberación, mostrando a Subaih luchando por caminar con la ayuda de un bastón, sus movimientos lentos y dificultosos debido a la amputación de una de sus piernas.

Muchos otros prisioneros liberados mostraron signos visibles de tortura, con algunos presentando rasguños, heridas y rostros desfigurados, claros indicadores del abandono médico y el abuso físico sufrido en las prisiones de la ocupación israelí.

Los hermanos Sarahneh —Ibrahim, Jalil y Musa— del campo de refugiados de Dheisheh, cumplieron condenas de cadena perpetua en las prisiones israelíes, siendo Ibrahim condenado a seis cadenas perpetuas.

Miembros activos de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa durante la Intifada de Al-Aqsa, fueron detenidos y condenados por Israel por sus roles en grupos de Resistencia.

La esposa de Ibrahim, Irina Sarahneh, una nacional ucraniana, también fue secuestrada. Fue amenazada con la deportación, pero eligió quedarse en Palestina. Irina fue liberada finalmente en el intercambio de Wafa al-Ahrar de 2011, reuniéndose con sus dos hijas, Ghazala y Yasmine.

Iyad Haribat, de Sakaka, cerca de Dura, al sur de Al-Jalil, fue otro detenido cuyo sufrimiento subraya la brutalidad enfrentada por los prisioneros palestinos.

Haribat, condenado a cadena perpetua por su vinculación con las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, ha sufrido un severo abandono médico y varios intentos de asesinato dentro de la custodia israelí.

Prisionero desde 2002, su salud se ha deteriorado drásticamente.

Iyad Haribat en su juventud

 

En 2014, fue colocado en aislamiento durante ocho meses y supuestamente le inyectaron una sustancia no identificada. Tras su liberación, no pudo reconocer a su propia madre ni a su hermano.

La condición de Haribat empeoró con los años. En 2017 sufrió una crisis de salud tras un ataque en prisión, y en 2021 desarrolló una infección séptica, que requirió cinco cirugías.

Samir Ghaith, del barrio al-Thawri en Al-Quds ocupada, fue liberado tras cumplir una sentencia de cadena perpetua en las prisiones israelíes. Juzgado desde 2002 a los 18 años, Ghaith fue condenado a cadena perpetua más 20 años adicionales.

A pesar de las duras condiciones, logró obtener su diploma de secundaria tras las rejas y participó en varias huelgas de hambre en protesta por su encarcelamiento.

Fue sometido a confinamiento solitario y traslados frecuentes como represalia por su activismo. Trágicamente, no pudo despedirse de su padre, quien falleció mientras Ghaith seguía preso.

Samir Ghaith antes (izda.) y después (dcha.)

 

Mahmud Abu Wahdan, del campo de refugiados de Balata en la ciudad de Nablus, fue liberado el sábado después de haber cumplido más de 23 años en las prisiones israelíes.

Había sido condenado a tres cadenas perpetuas por 30 años por su trabajo de resistencia con las Brigadas Abu Ali Mustafa, el ala militar del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).

Durante su encarcelamiento, Abu Wahdan sufrió un extenso abandono médico y maltrato, incluyendo largos períodos de confinamiento solitario y la negación de visitas familiares durante años.

Mahmud Abu Wahdan antes (dcha.) y después (izda.)

 

Mansur Shreim, de la ciudad de Tulkarm en Cisjordania ocupada, había estado encarcelado desde 2002, cumpliendo 14 cadenas perpetuas más 50 años por su rol como líder de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, el ala militar del movimiento Al-Fatah, durante la Intifada de Al-Aqsa.

Shreim había sido objetivo de las fuerzas de ocupación israelíes desde 2000 y fue sometido a intensas torturas durante su interrogatorio de cuatro meses.

Su tiempo en prisión estuvo marcado por largos períodos de confinamiento solitario, incluyendo desde 2003 hasta 2009 y después de 2011. En 2014, una vez más fue sometido a interrogatorio y tortura durante meses.

A pesar de esto, logró obtener su título de licenciatura mientras estaba encarcelado, mostrando una resiliencia ejemplar.

Es hermano de los mártires Mamun y Nashat, siendo Nashat martirizado en 1998 bajo tortura mientras estaba en custodia israelí. Su otro hermano, Thaer, sigue encarcelado.

Mansur Shreim antes (izda.) y después (dcha.)

 

Ahmed Abu Khader, de Silat al-Dhahr cerca de Yenín, en Cisjordania ocupada, fue liberado después de haber cumplido 23 años en las prisiones israelíes.

Arrestado en 2002 después de ser disparado en la pierna durante un enfrentamiento con las fuerzas israelíes en Tubas, la salud de Abu Jader se deterioró significativamente debido a complicaciones derivadas de sus heridas.

Líder de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa en Yenín y Nablus, Abu Jader fue condenado a 11 cadenas perpetuas más 50 años.

A lo largo de su encarcelamiento, sus padres nunca dejaron de apoyarlo, participando activamente en esfuerzos para concienciar sobre los palestinos que languidecen en las cárceles israelíes.

Ahmed Abu Jader antes (dcha.) y después (izda.)

 

Mohammed Musleh y Ahmed Barghouti se reunieron y fueron liberados en Egipto tras cumplir 23 años en las prisiones israelíes, habiendo sufrido múltiples cadenas perpetuas.

Su liberación marca un momento crucial de liberación, tras años de sufrimiento y separación.

Abdel-Rahman Musleh, originario del barrio Umm al-Sharait en Al-Bireh, fue encarcelado por las fuerzas israelíes durante 24 años, desde febrero de 2001.

Fue condenado a nueve cadenas perpetuas más 50 años por su participación en la resistencia contra la ocupación con las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa durante la Intifada de Al-Aqsa.

Además de las penalidades de su encarcelamiento, las fuerzas de ocupación israelíes destruyeron su hogar, que albergaba a su esposa y su hijo de cuatro meses, Ahmed.

Durante su reclusión, Musleh soportó duras condiciones, incluida una prohibición de visitas de su esposa durante varios años. Su madre falleció en 2017 y se le negó la oportunidad de despedirse de ella.

Musleh compartió un lazo fuerte con Barghouti, siendo compañeros cercanos antes de su arresto.

Mohammed Nayfeh, originario de la zona de Shweikeh al norte de Tulkarm, fue liberado tras 23 años de encarcelamiento. Nayfeh cumplió 14 cadenas perpetuas en cárceles israelíes, tras ser sentenciado por tribunales militares por su liderazgo en las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa durante la Intifada de Al-Aqsa.

Desde su arresto en 2002, la vida de Nayfeh tras las rejas estuvo marcada por severas privaciones. Se le negó repetidamente el derecho a recibir visitas familiares, fue puesto en confinamiento solitario y sometido a condiciones extremadamente duras.

En 2011, fue trasladado a la prisión de Al-Jalameh para ser interrogado, lo que resultó en la adición de nueve meses más a su ya extensa sentencia.

 Mohammed Nayfeh antes (dcha.) y después (izda.)

 

A pesar de haber soportado estas brutales condiciones, Nayfeh siguió siendo un símbolo de resistencia, luchando contra su encarcelamiento injusto.

Amyad Taqatqa, originario de Beit Fayyar en Belén, fue liberado tras 23 años en prisiones israelíes.

Arrestado en 2002, Taqatqa fue separado de sus dos hijas pequeñas: su hija mayor, Samah, tenía solo un año y medio, y su hija menor, Anaheed, solo tres meses en ese momento.

Sufrió ocho meses de intensos interrogatorios, durante los cuales fue acusado de reclutar y preparar a la mártir Andaleeb Taqatqa, quien llevó a cabo una operación en Jerusalén ocupada que resultó en la muerte de seis colonos y heridas a 85 más.

A lo largo de su encarcelamiento, Taqatqa también enfrentó varios periodos de confinamiento solitario.

Amyad Taqatqa antes (dcha.) y después (izda.)

 

Nael Obeid, de Issawiya en Al-Quds ocupada, se reunió con su madre después de pasar 21 años en prisiones israelíes.

Obeid había estado cumpliendo nueve cadenas perpetuas, y su hogar familiar fue atacado repetidamente por las fuerzas de ocupación israelíes para intimidar y amenazar a sus familiares.

A pesar de esta represión, Obeid regresó a casa, solo para encontrar que se encontraba rodeado por soldados del régimen israelí que intentaban intimidarlo a él y a su comunidad.

Con anterioridad, las fuerzas israelíes habían asaltado su hogar, obligando a los familiares que no eran considerados “miembros de la familia de primer grado” a salir.

Encarcelado desde 2004, Obeid había sido sentenciado a siete cadenas perpetuas más 30 años.

 Waddah Ali al-Bazra antes (dcha.) y después (izda.)

 

A lo largo de su tiempo en detención, fue frecuentemente recluido en confinamiento solitario, a menudo como represalia por su involucramiento en huelgas de hambre y protestas dentro del movimiento de prisioneros.

Samer Abu Kwaik, del campamento de Al-Amari cerca de Ramalá, sostuvo a su hijo recién nacido por primera vez después de su tan esperada liberación.

Su hijo, nacido en 2023, fue concebido mediante esperma contrabandeado. Abu Kwaik, quien pasó 23 años en prisiones israelíes cumpliendo tres cadenas perpetuas más 25 años, fue arrestado en 2002 por su papel en las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa y su resistencia contra el régimen israelí.

A lo largo de su encarcelamiento, enfrentó un grave descuido médico y problemas de salud. En 2016, aún encarcelado, se casó con Shireen Shamasneh de la ciudad de Ramallah en Cisjordania ocupada, y juntos dieron la bienvenida a su hijo en 2023, convirtiéndolo en el 119º “Embajador de la Libertad”.

Waddah Ali al-Bazra, de la ciudad de Nablus en Cisjordania ocupada, ha estado encarcelado desde 2002, cumpliendo tres cadenas perpetuas por su participación en las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa durante la Segunda Intifada.

Durante su tiempo en prisión, Al-Bazra fue un participante activo en huelgas de hambre y protestas.

Se le negó la oportunidad de despedirse de su madre antes de su muerte, al igual que las visitas familiares.

A pesar de soportar un dolor físico severo debido a una hernia en el estómago y la inflamación, completó su licenciatura. Su hermano, Firas, y su primo, Basil, también son ex prisioneros.

Amir Abu Radha, del campamento de refugiados de Al-Amari cerca de Ramallah, tenía solo 15 años cuando fue sentenciado a cadena perpetua en 1990, convirtiéndose en el palestino más joven en recibir tal sentencia de los tribunales israelíes.

Tras ser liberado en un intercambio de prisioneros en el año 2000, Abu Radha fue arrestado nuevamente en abril de 2002 y sentenciado a cadena perpetua más 30 años.

Durante su encarcelamiento, perdió a ambos padres y sufrió graves problemas de salud, empeorados por la negligencia médica de las autoridades israelíes en prisión.

Su hermano, Musa, fue liberado en enero, y ambos esperan la liberación eventual de Amir.

 Amir Abu Radha antes(dcha.) y después (izda.)

 

Jaled al-Shouli, de Asira al-Shamaliya cerca de Nablus, creció junto a su madre y dos hermanos, y se involucró en la Intifada Palestina de 1987 desde joven.

A los 16 años, fue arrestado junto a sus hermanos y pasó tres años en prisiones israelíes antes de ser liberado. Fue arrestado nuevamente menos de un año después, solo para ser liberado otra vez tras la firma de los Acuerdos de Oslo.

En 2000, durante la Intifada de Al-Aqsa, Al-Shouli fue disparado por las fuerzas israelíes. Una bala se alojó en su columna vertebral, causándole graves lesiones y dejándolo con discapacidad a largo plazo en su pierna derecha.

Las fuerzas israelíes lo persiguieron durante dos años por cargos de herir a dos soldados israelíes antes de capturarlo finalmente en 2003. Sufrió más de 75 días de tortura durante su interrogatorio, y fue sentenciado a cadena perpetua.

 osama al-Ashqar antes (izda.) y después (dcha.)

 

A lo largo de su tiempo en prisión, a Al-Shouli se le negaron las visitas familiares, y su madre falleció sin poder verlo.

Tras cumplir 23 años en las cárceles de la ocupación israelí, incluyendo tres cadenas perpetuas y 20 años adicionales, Murad al-Ayluni fue liberado el sábado.

Proveniente de Kafr Aqab en Jerusalén ocupada, Al-Ayluni había estado encarcelado desde 2002, condenado por sus actividades de resistencia con las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa durante la Intifada de Al-Aqsa.

Mientras tanto, Osama al-Ashqar, de 42 años, quien también fue detenido en 2002 y sentenciado a ocho cadenas perpetuas, ha experimentado una transformación notable. Una imagen reciente del prisionero liberado muestra el desgaste de su encarcelamiento.

Después de ser liberado de las prisiones israelíes, fue exiliado, uno de los muchos individuos que han enfrentado tanto cicatrices físicas como psicológicas por años de confinamiento.

El prisionero liberado palestino Ghaleb Al-Radi, de Gaza norte, fue liberado como parte de un acuerdo de intercambio de prisioneros, pero las señales visibles de tortura en su cuerpo han generado preocupaciones.

Su frágil estado físico sugiere que soportó duras condiciones en la detención israelí, sumando a los crecientes informes de maltrato a los prisioneros palestinos.

 ghaleb al-Radi después de su liberación

 

El periodista Ahmed Shuqoura levantó la señal de victoria después de su liberación de la detención israelí como parte del acuerdo de intercambio. Fue arrestado recientemente y enfrentó difíciles condiciones mientras estuvo en custodia.

La liberación de Shuqoura de la detención israelí se marcó con una imagen que rápidamente se difundió en las redes sociales: su rostro demacrado, su cuerpo desnutrido, un testimonio del sufrimiento que soportó tras las rejas.

Una vez un periodista firme, Shuqoura emergió visiblemente debilitado, su frágil figura llevaba la marca de lo que los testigos describen como condiciones duras e inhumanas en las prisiones israelíes.

 Ahmed Shuqoura antes (dcha.) y después (izda.)

 

Antes y después de las imágenes de Bahauddin Nasr, un prisionero palestino recientemente liberado, ilustran de manera impactante el desgaste de su encarcelamiento. Nasr, quien fue liberado en Gaza como parte de un reciente intercambio de prisioneros, aparece visiblemente frágil y debilitado en comparación con las fotos previas.

Wael Yumaa, del norte de Gaza, fue liberado recientemente con marcas visibles de maltrato.

Sostenido durante 15 meses tras su captura en Gaza, Jumaa reportó haber soportado duras condiciones, incluyendo abuso físico severo y exposición a sustancias dañinas.

Wael Yumaa después de su liberación

 

Una foto antes y después de Iyad Abed, un prisionero palestino liberado, muestra un deterioro significativo en su salud. Experimentó una privación prolongada, con acceso limitado a alimentos y atención médica, lo que contribuyó a su estado de debilidad.

Nader Yamal Husein, un prisionero liberado del campo de refugiados de Jabalia, fue trasladado al Hospital Europeo en Jan Yunis después de su liberación.

Su estado de salud sigue siendo una preocupación, ya que, al igual que muchos otros, enfrentó difíciles condiciones en prisión.

Nader Yamal Husein después de su liberación

 

Mostró lesiones visibles y moretones, una pérdida de peso significativa, y no pudo mantenerse en pie, llevando la prueba de la brutal tortura a la que fue sometido en las prisiones israelíes.

Ibrahim Mohammad Jalil al-Shaweesh, residente de Beit Hanun en Gaza norte, fue liberado a principios de este mes tras pasar casi un año en las cárceles israelíes.

Fue secuestrado el 10 de diciembre de 2023 desde un refugio de desplazados en Gaza norte e inicialmente estuvo detenido en cuarteles fronterizos, donde sufrió brutal tortura.

Luego de su liberación, un video de Al-Shaweesh se hizo viral rápidamente, donde relató las horribles condiciones que él y sus compañeros palestinos sufrieron mientras estuvieron bajo custodia de Israel.

“Inicialmente fui detenido en lo que se llama cuarteles en la frontera. Estos cuarteles tenían formas de tortura indescriptibles”, dijo.

Continuó revelando la magnitud del abuso sufrido.

“Durante 45 días, estuve vendado y obligado a arrodillarme... vendado y encadenado. Luego me trasladaron a la prisión de Naqab, donde la tortura continuó. En Naqab, fuimos sometidos a descargas eléctricas y también se usaron perros como parte del abuso”, apuntó.

Ibrahim Mohammad Jalil al-Shaweesh antes (izda.) y después (dcha.)

 

Liberado a finales de enero de 2025, Mohammed Sabah, de 21 años, de Sur Baher, Al-Qudsn, quedó marcado por las horribles consecuencias de la sarna junto con los devastadores efectos de la desnutrición que lo redujeron a piel y huesos.

Sabah fue encarcelado por primera vez en 2019, cuando tenía 15 años, cumpliendo una sentencia de 10 años en las cárceles de la ocupación israelí, acusado de intentar llevar a cabo una operación de apuñalamiento contra las fuerzas de ocupación israelíes.

Fue el primero en su familia en ser arrestado. Más tarde, su padre Jhaled y su hermano Musab también fueron detenidos el 5 de febrero de 2022, y su hermano Munib también fue encarcelado, recibiendo una sentencia de 36 meses.

 Mohammed Sabah antes (dcha.) y después (izda.)

 

Después de la liberación de Sabah, las imágenes de su pobre estado físico se hicieron virales en las plataformas de redes sociales, lo que generó alarma y preocupación.

Los usuarios criticaron al régimen israelí por el trato inhumano dispensado a los prisioneros palestinos secuestrados, estableciendo comparaciones agudas entre los prisioneros palestinos liberados y los prisioneros israelíes, quienes fueron devueltos con plena salud mental y física.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.