Publicada: jueves, 1 de mayo de 2025 5:54

El presidente de EE.UU., Donald Trump, marcó el día 100 de su segundo mandato el martes, calificándolo como el “más exitoso” en la historia del país, a pesar de que varias de sus promesas clave de política interna y exterior siguen sin cumplirse.

Por: Mohammad Homaeefar

Hablando en un mitin en el condado de Macomb, Michigan, Trump destacó lo que describió como importantes avances económicos durante su nuevo periodo, a pesar de que sus índices de aprobación han caído a nuevos mínimos desde su toma de posesión el 20 de enero.

“Estamos aquí esta noche en el corazón de nuestra nación para celebrar los 100 días más exitosos de cualquier administración en la historia de nuestro país, y eso lo dicen muchas, muchas personas”, dijo al inicio de su discurso en el Colegio Comunitario Macomb.

“Este es, dicen, el mejor inicio de 100 días de cualquier presidente en la historia, y todos lo están diciendo. Acabamos de empezar. Ni siquiera han visto nada aún”, declaró.

Reflexionando sobre su primer mandato, que duró de 2017 a 2021, indicó: “Tuvimos la mejor economía en la historia de nuestro país. Hicimos un gran trabajo, y ahora estamos haciendo aún mejor”.

Sin embargo, según Gallup, Trump es el único presidente posterior a la Segunda Guerra Mundial en EE.UU. que tuvo menos de la mitad del apoyo público después de 100 días en el cargo, tanto en su primer como en su segundo mandato.

A pesar de esto, en el mitin desestimó las encuestas de opinión que mostraban que su popularidad había caído, tildándolas de “falsas”.

La guerra comercial de Trump y la escalada de aranceles

Una de las características definitorias de los primeros 100 días de Trump en el cargo ha sido su agresiva y confrontativa agenda comercial, dirigida tanto a aliados como a adversaries.

A partir del 1 de febrero, impuso aranceles generales a Canadá, México y China, y luego amplió la medida a productos importados de otros países del mundo. Los aranceles han afectado de manera significativa a la economía de EE.UU. y han tensado las relaciones con socios comerciales clave.

 

No obstante, Trump afirmó que los aranceles ayudarían a revitalizar la manufactura nacional.

Se jactó de que los líderes de todo el mundo estaban haciendo fila para reunirse con él y llegar a acuerdos comerciales con la Casa Blanca.

“Ahora, somos respetados en todo el mundo”, señaló. “Vienen de todo el mundo a ver a su presidente. Vienen de la India, vienen de Francia, vienen de España. Sí, también vienen de China, sí, vienen de China. Vienen de todas partes a ver a su presidente. Quieren llegar a un acuerdo. Y saben, haremos el acuerdo, pero no tendríamos por qué hacerlo”, remarcó.

Aunque Trump asegura que estos aranceles conducirán a un resurgimiento de la manufactura nacional, los indicadores económicos inmediatos sugieren una desaceleración en el crecimiento, un aumento de la inflación y relaciones internacionales tensas.

El lunes, los ministros de Exteriores del grupo BRICS de países en desarrollo se reunieron en Río de Janeiro para discutir formas de contrarrestar los aranceles y expresaron “serias preocupaciones sobre la perspectiva de una economía global fragmentada y el debilitamiento del multilateralismo”.

Trump ya había atacado al grupo BRICS, amenazando con imponer un arancel del 100 % si el bloque seguía adelante con un plan para introducir una moneda que reemplazara al dólar en las relaciones comerciales.

Aunque los efectos a largo plazo de las políticas económicas confrontacionales de Trump aún están por verse, el impacto inicial ha generado preocupaciones entre líderes mundiales, economistas e inversionistas.

Represión a la inmigración y batallas legales

En su discurso tipo campaña, Trump también destacó los avances en su represión migratoria, que ha enfrentado una gran cantidad de casos legales.

El día de su investidura, Trump firmó la Orden Ejecutiva 14159, titulada “Protegiendo al Pueblo Estadounidense Contra la Invasión”, que expandió los procedimientos de remoción expedita, negó fondos federales a las jurisdicciones santuario y aumentó la contratación de agencias encargadas de hacer cumplir las leyes migratorias.

“Nunca ha habido tal diferencia en nada como la diferencia entre la frontera hoy y lo que era hace solo seis meses, así que quiero felicitar a EE.UU., ya era hora”, dijo.

La administración de Trump también reinstauró la política de “Permanecer en México”, que exige que los solicitantes de asilo esperen en México mientras se procesan sus casos migratorios.

Además, el programa de reasentamiento de refugiados fue suspendido durante cuatro meses para mejorar las medidas de evaluación.

También emitió una orden ejecutiva para poner fin a la ciudadanía por nacimiento, mientras intentaba reinterpretar la 14.ª Enmienda. Esta medida ha enfrentado desafíos legales, con jueces federales emitiendo órdenes judiciales preliminares bloqueando su implementación.

Las medidas de seguridad fronteriza se intensificaron con la creación de una “Área de Defensa Nacional” de 170 millas a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México en Nuevo México, donde los migrantes que ingresen a la zona enfrentan cargos criminales. La administración también expandió el Centro de Operaciones Migratorias de Guantánamo para detener hasta a 30 000 migrantes.

Estas acciones han generado desafíos legales y debates sobre su constitucionalidad e impacto en las libertades civiles. Los observadores dicen que las políticas de la administración actual infringen los derechos de los estados y socavan la confianza de la comunidad en las fuerzas del orden.

La guerra en Ucrania: promesas incumplidas y cambio de retórica

Durante su campaña, Trump afirmó repetidamente que podría poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania de inmediato, aunque su retórica ha cambiado en los últimos días debido a su incapacidad para cumplir esa promesa.

En un mitin de CNN en mayo de 2023, afirmó: “Están muriendo, rusos y ucranianos. Quiero que dejen de morir. Y lo haré, lo haré en 24 horas”. Continuó repitiendo esa promesa en la campaña, pero ahora reconoce que lo que dijo fue una “exageración” y que fue dicho “en broma”.

“Bueno, lo dije figurativamente, lo dije como una exageración, para hacer un punto”, le dijo a la revista Time la semana pasada.

“Obviamente, la gente sabe que cuando lo dije, fue en broma, pero también lo dije porque [la guerra] se acabará”.

 

Trump también criticó la magnitud de la ayuda militar de EE.UU. a Ucrania bajo su predecesor, Joe Biden, prometiendo revertir ese curso.

A finales de febrero, tuvo una reunión con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, que dio lugar a un intercambio acalorado entre ambos líderes en la Oficina Oval.

Días después, Trump suspendió toda la ayuda militar a Ucrania. Sin embargo, el 11 de marzo, la ayuda militar de EE.UU. a Ucrania se reanudó después de que Ucrania aceptara un posible alto el fuego.

Tras 100 días, a medida que disminuyen las esperanzas de un fin de la guerra, los funcionarios de la administración Trump afirman que la próxima semana será “muy crítica” para determinar si Washington sigue involucrado en las conversaciones.

Genocidio israelí en Gaza y el papel de EEUU

En Asia Occidental, Trump había prometido poner fin inmediatamente a la guerra genocida del régimen israelí en Gaza y jugó un papel en un acuerdo de alto el fuego gradual entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) que entró en vigor un día antes de que asumiera el cargo.

El optimismo sobre sus intenciones se desvaneció rápidamente cuando habló de tomar control de Gaza y rehacerlo como una empresa inmobiliaria. “EE.UU. tomará el control de la Franja de Gaza, y haremos un buen trabajo con ella también”, afirmó recientemente.

La idea provocó condena en toda la región por sus implicaciones de limpieza étnica de más de dos millones de palestinos de este territorio sitiado.

También continuó suministrando a Israel armas letales, incluyendo bombas de 900 kg, y reforzó el inquebrantable apoyo de EE.UU. al régimen.

 

Aunque ordenó una pausa de 90 días en toda la ayuda extranjera horas después de asumir el cargo, no solo excluyó a Israel, sino que también aumentó la ayuda militar de EE.UU. al régimen ocupante.

El acuerdo de alto el fuego en Gaza también resultó ser de corta duración, ya que Israel reanudó sus brutales ataques a Gaza el 18 de marzo después de decidir abandonar las conversaciones para continuar con el acuerdo gradual.

Desde el 20 de enero, las fuerzas israelíes han matado a más de 2000 personas en la Franja de Gaza y en Cisjordania ocupada. Desde que comenzó la guerra en octubre de 2023, los ataques israelíes en Gaza han matado a más de 52 000 personas y han herido a casi 118 000, la mayoría de ellas niños y mujeres.

Campaña militar de EEUU en Yemen en escalada

En otras partes de la región, EE.UU. ha intensificado considerablemente su agresión militar bajo Trump, a pesar de sus promesas de ser un presidente anti-guerra.

Trump intensificó los ataques de EE.UU. contra Yemen con el objetivo declarado de destruir el movimiento popular yemení Ansarolá debido a sus operaciones antisraelíes en el mar Rojo.

Desde que Trump comenzó su segundo mandato, EE.UU. ha llevado a cabo más de 200 ataques en Yemen, matando a cientos de civiles. Además, ha vuelto a designar al movimiento de Resistencia Ansarolá como una Organización Terrorista Extranjera (FTO, por sus siglas en inglés).

 

Sin embargo, los combatientes yemeníes no se retiraron. En cambio, respondieron con toda su fuerza, atacando barcos de guerra estadounidenses, particularmente el USS Harry S. Truman, y derribando los costosos drones estadounidenses MQ-9 Reaper que violaban el espacio aéreo de Yemen.

Trump recientemente advirtió sobre una mayor escalada si las operaciones yemeníes persistían. Elogió los ataques aéreos de EE.UU. —que han matado a civiles— como un “gran éxito.”

El gobierno yemení, sin embargo, desestimó tales afirmaciones, asegurando que no ha sufrido “ni siquiera un uno por ciento de daño” a nivel militar, a pesar de los intensificados ataques estadounidenses en apoyo de lo que denomina el genocidio en Gaza.

A pesar de las amenazas de Trump, las operaciones yemeníes contra objetivos israelíes y estadounidenses continuaron, y Saná prometió seguir con sus ataques represivos hasta que termine la guerra genocida y el bloqueo sobre el país.

El martes, Ansarolá advirtió que más de ocho millones de combatientes yemeníes están listos para el combate, llamando a EE.UU. y Occidente a poner fin a su agresión y levantar el cerco sobre Gaza, “de lo contrario, nuestra guerra contra ellos se intensificará y expandirá”.

Política de Irán: De la ‘presión máxima’ a la diplomacia indirecta

La política de Trump hacia Irán durante sus primeros 100 días en el cargo se ha caracterizado por la reactivación de la campaña de “presión máxima” y amenazas militares belicistas.

Anunció por primera vez esta política en 2018, después de retirarse ilegal y unilateralmente de EE.UU. del Plan Integral de Acción Conjunto (JCPOA o PIAC, por sus siglas en inglés), conocido comúnmente como el acuerdo nuclear de Irán.

El 4 de febrero, firmó un Memorando Presidencial de Seguridad Nacional, en el cual instruía a los Departamentos del Tesoro y de Estado a intensificar las sanciones contra Irán, con el objetivo una vez más de llevar las exportaciones de petróleo a cero y desmantelar sus capacidades de misiles e influencia regional.

En una acción que subrayó las contradicciones de su enfoque hacia Teherán, Trump envió una carta al Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, expresando su disposición a alcanzar un acuerdo, mientras amenazaba con acciones militares si no se lograba dicho acuerdo.

Los funcionarios iraníes rechazaron rotundamente las conversaciones directas bajo amenazas de guerra y sanciones, pero expresaron su disposición a dialogar de manera indirecta.

Ambas partes iniciaron conversaciones indirectas mediadas por Omán el 12 de abril y hasta ahora han celebrado tres rondas, con la próxima programada para el sábado en Roma.

Uno de los mayores fracasos de política exterior de Trump durante su primer mandato fue la misma campaña de “presión máxima” contra Irán, que no logró ninguno de sus objetivos.

Pero la verdadera prueba de su política hacia Irán en su segundo mandato será si decide abandonar ese enfoque fallido y si puede —o no— resistir la presión de Israel y buscar un verdadero avance diplomático con Irán.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.